Tonalá.- De “asaltantes” están catalogados losvendedores ambulantes y prestadores de servicios ante lo excesivode los precios de cada producto que comercializan.
Hace tres días, la familia Pereyra Rodríguez, quienrecibió visitas familiares de Guanajuato decidió ir a PuertoArista para según disfrutar a lo máximo a víspera de la SemanaSanta y así tener los precios bajos, pero se encontraron con unasorpresa: un platillo con una mojarra chica, acompañado conensalada, estaba a 150 pesos y las bebidas, como refrescosembotellados, a 25.
Los denunciantes dijeron que se percataron de queeste restaurante carecía de infraestructura: los sanitariosestaban deteriorados y quienes lo utilizarían tendrían que ocuparun recipiente para echarle agua, cosa que desde ahí vieron que noestá en acorde.
Para colmo, agregaron, hasta los vendedoresambulantes se han integrado a esta “red de ladrones”: el preciodel coco estaba entre los 60 pesos cada uno, tamales de chipilín a15, lo que consideraron un “verdadero robo” al visitante deestas playas.
“Lo peor de todo es que no hay ninguna unidad de laProfeco que verifique estos abusivos precios, pues a vísperas deSemana Santa los prestadores de servicios están haciendo de lassuyas”, manifestaron.
Pese a que intentaron dialogar con el dueño de dichonegocio, explicaron, éste les dijo que fue un acuerdo deprestadores de servicio y que todos tenían su carta con estosprecios.
En ese sentido, llamaron a las familias que visitenestos destinos turísticos “a que lo piensen varias veces, o quechequen la carta de precios antes de que se lleven una desagradablesorpresa”.