El control para poder ingresar al primer cuadro de la ciudad de Tapachula ha desaparecido y los filtros sanitarios instalados para detectar personas con síntomas de Covid-19 se han relajado, así lo denuncian ciudadanos y locatarios de esa zona.
La actividad del personal a cargo de la toma de temperatura y aplicación de líquidos o geles de limpieza es cuestionada por los propios visitantes.
Marian "N", quien labora en el Centro Histórico, señala que en muchas ocasiones que ha pasado por el filtro de la 10ª Norte el encargado ni siquiera se percata de cuántas personas ingresan y no se ocupa de tomarles la temperatura o corroborar que porten cubrebocas.
El caso de Roberto "N" es otro. A las 16:00 horas se topó con que nadie le hizo la toma de temperatura y pudo acceder sin ningún control sanitario. Además pudo documentar con un video la falta de personal, pese a tratarse de una hora de alta movilidad poblacional y comercial
Para constatar dichas anomalías y el circo armado por parte de la alcaldesa de Tapachula, Rosa Irene Urbina Castañeda, se decidió acudir a las 15:30 horas del viernes 12 de junio al filtro localizado en la 7ª Poniente y 4ª Norte.
En ese punto, con la cámara se siguió a un peatón que llegó hasta el filtro sanitario para ingresar a las tiendas del primer cuadro. El hombre se colocó el cubrebocas, caminó por el acceso e ingresó sin ningún tipo de cuestionamiento.
En el lugar no había más que un policía municipal con el celular en la mano y tomando un descanso en una silla colocada junto a un escritorio.
De los encargados nada se supo en el resto del turno. Comerciantes, niños, adultos y hasta posibles enfermos de Covid, pudieron atravesar esta desprotegida “frontera sanitaria”.
Hasta este domingo, Tapachula se encontraba a unos pasos de llegar a los 500 casos de Covid 19, sin que las autoridades municipales tengan un plan de acción concreto y eficaz y sólo intenten engañar a la población con filtros inoperantes.
ER