Lalo trabaja en el muelle pesquero, pero esta semana se ha ausentado debido a un cuadro crónico estomacal que padece. Sus compañeros afirman que está en recuperación, pero no es el primero que se tienen que ausentar por malestares de tipo gastrointestinal.
Hallar la causa no es complicado. Las aguas contaminadas de este muelle en Puerto Chiapas son la indudable causa de que trabajadores de este sector donde convergen una gasolinera, vendedores de pescado y marisco y empleados de industrias, tengan que padecer enfermedades e infecciones severas.
“Todos los días nos fumamos esto, este olor a podrido y a rayos que sale de esta pequeña laguna que se forma en el muelle, pero nadie hace algo por tratar de acabar con este problema que lleva muchos años”, sentencia uno de los entrevistados.
Y es que aledaño a la gasolinera donde vehículos y pequeñas embarcaciones cargan combustible, un canal está las 24 horas días y los 365 días del año expulsando inmundicia líquida que va directo a aguas del litoral chiapaneco.
“Esta mancha de aceite, porque así se ve, ya llegó a mar abierto, imagínese a cuántas especies del mar ha matado y afectado, ya no se diga a nosotros los humanos que también consumimos del mar”, revela otro de los hombres que a diario, la nariz le arde de tanto oler basura química.
La contaminación en este sector playero ha rebasado lo impensable. El gran ecocidio causado en la zona, bajo el consentimiento de las autoridades federales, a poco les importa sin que dimensionen el gran daño que ha provocado a la salud humana.
Para el investigador Vicente Castro Castro, la capa contaminante ha provocado la desaparición de algunas especies en la zona del Cabildo y la dársena, como el tiburón, el pez cuatro ojos, la mojarra nativa que cada día se ve menos, pero el impacto ambiental no para allí, ya que estas aguas turbias también llegan hasta la zona de palapas, donde cientos de bañistas acuden todos los fines de semana a tener contacto con este “veneno marino”.
“Los niveles de contaminación están muy claros, se han hecho estudios sobre esta situación, pero a ninguna autoridad le interesa el tema y nadie se hace responsable de atender el problema”, señaló.
Lo más preocupante para los especialistas es que el veneno vertido al mar ha alcanzado ya a personas que por necesidad tienen contacto directo con este tipo de contaminación.
Apenas el pasado martes, la bióloga marina chiapaneca Guadalupe Muñoz Urruela advirtió que la vida humana corre peligro, ya que se está propenso a contraer enfermedades cutáneas y otras más severas como cólera, herpes y tifoidea.
Y nadie hace nada. Las industrias que operan en Puerto Chiapas siguen en la impunidad lanzando toda inmundicia directa al mar, bajo el consentimiento de la Profepa y el Ayuntamiento de Tapachula, que son los primeros responsables directos de atender esta situación.