Chiapa de Corzo, Chiapas, se prepara para recibir la vibrante celebración de los Parachicos, una festividad que fusiona lo espiritual, lo cultural y lo comunitario. En una conversación con el profesor de danza folklórica de Chiapas, Polo Hernández, descubrimos la riqueza detrás de esta tradición que inunda de alegría las calles.
Los Parachicos, cuya danza inicia el 15 de enero, danzan en honor a los santos venerados, pero los días previos se viven con una emocionante repartición de comida por parte de las 'pandillas'. Estos grupos recorren los barrios e iglesias de Chiapa de Corzo, acompañados de música, tambores y bandas, creando una atmósfera de gran algarabía.
La danza de los Parachicos es una ofrenda colectiva que comienza por la mañana y se extiende hasta la noche. Ataviados con máscaras de madera, monteras, sarapes, chales bordados y cintas de colores, los bailarines tocan sonajas de hojalata conocidas como "chinchines". Un patrón, dirigente de la danza, porta máscara, guitarra, flauta y látigo, acompañado por tamborileros que marcan el ritmo de la celebración.
Polo Hernández, conocedor de las tradiciones locales, desvela el arte detrás de las máscaras de los Parachicos. Hechas de madera de cedro, estas máscaras tienen dos presentaciones: la lisa o tradicional y la barbada. El proceso de pintado utiliza el aceite de chía, rescatado por el maestro artesano, Premio de Ciencias y Artes 1998. Las máscaras se pulen con el esófago de la res, logrando un acabado de porcelana. Más de 5 mil parachicos lucen estas obras de arte durante la festividad.
Además de las danzas y recorridos, Chiapa de Corzo ofrece a los visitantes una muestra de las comidas y bebidas más tradicionales de la región, como la pepita con tasajo, el puerco con arroz, el cochito horneado o el pozol en diversas modalidades.
Hernández destaca la naturaleza comunitaria de esta tradición, que fue reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Esta festividad, previa al ciclo agrícola, convierte a toda la localidad en un mosaico multicolor, donde cada calle se llena de imágenes que celebran la unidad. La Fiesta Grande, como es conocida, trasciende lo festivo para convertirse en un lazo que une corazones y preserva con orgullo la rica identidad cultural de Chiapa de Corzo.
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