Los tapachultecos solemos vivir diferentes experiencias en el transporte público, tener que pasar el pasaje, lidiar con quien lleva una gran maleta o no falta el chófer que lleva la llanta de refacción estorbando abajo de los asientos. Algo poco común, es que los hombres suelen ceder su asiento a una mujer cuando va parada. Pero ¿qué los lleva a tener este gesto, ¿será por educación o por machismo
En un pequeño sondeo realizado a mujeres usuarias del transporte público, que están entre los 25 y 40 años. Las opiniones son divididas, mientras una minoría opina que se da por educación, la mayoría considera que es dependiendo cómo te veas físicamente para que un hombre te ofrezca su asiento. Haciendo hincapié en que quienes ceden el lugar, son en su mayoría hombres jóvenes, menores de 45 años.
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Ante estas respuestas, surgen interrogantes cruciales: ¿Debería cederse siempre el asiento a una mujer en el transporte público o solo dependiendo del caso? ¿Es un gesto impulsado por la educación o influye el machismo en esta práctica? ¿Se trata de machismo o caballerosidad? ¿Por qué son los hombres jóvenes los que más tienden a ceder el asiento?
Perspectiva Sociológica: Un acto de conciencia y educación
El antropólogo social Ever Méndez, con 23 años de experiencia, brindó una perspectiva desde la sociología del comportamiento. Explicó que las acciones individuales están mediadas por la genética y las condiciones de aprendizaje social, como la imitación en el núcleo familiar. Según Méndez, los actos diarios reflejan una mezcla de ambos factores.
En cuanto a las respuestas directas del antropólogo a las preguntas planteadas: Méndez considera que ceder el asiento es un acto de conciencia, motivado por la educación. Respecto a la prevalencia entre hombres jóvenes, sugiere que puede ser una forma de destacar su valía personal en las relaciones, ya que están en procesos de elección.
De lado de la psicología: ¿Ceder el asiento solo en el embarazo?
Por otro lado, la psicóloga Fabiola Díaz, directora de la fundación Chiapaneca de Mujeres Migrantes (CHIMUMI), destacó que ceder el asiento debe depender de circunstancias como el embarazo, llevar un bebé en brazos o tener discapacidad o debilidad motriz. Díaz abogó por la educación y la caballerosidad, pero también advirtió sobre la reproducción de estereotipos de género en gestos considerados "caballerosos".
Una postura feminista: La educación es la clave
Cuando se consultó a la abogada feminista Susana Espinosa, con experiencia de 7 años en el ramo, sus respuestas hacen hincapié en los siguientes puntos:
1. Educación machista
Espinosa destaca que la educación machista desde la infancia disfraza la cesión de asientos como un acto noble. Subraya que se asume la posición de desventaja de las mujeres, basándose en la percepción de debilidad física.
2. Edad y machismo social
Considera que la prevalencia de hombres jóvenes en esta práctica se debe a la aceptación social de la vulnerabilidad solo en ciertos grupos, como discapacitados o gestantes. La energía asociada a la juventud refuerza la negación del cansancio.
3. Desconstrucción de roles
Espinosa aboga por romper con la estructura patriarcal y los roles de género aprendidos en casa y la sociedad. Propone una enseñanza de valores orientada a la igualdad, equidad y salud mental para superar la presión social del deber ser según el género.
Es probable que el hecho de que los hombres cedan el asiento tenga que ver con todos los factores mencionados.
Sin embargo debemos tener en cuenta que cuando se trate de ayudar no solo debe ser del hombre hacia la mujer, si no también de la mujer hacia al hombre e incluso, la amabilidad y apoyo entre el mismo género.