En condiciones deplorables permanecen varias calles y avenidas de la cabecera municipal de Cacahoatán, ante el total abandono en que el alcalde Julio Calderón Sen mantiene este municipio.
Aunado a este problema, por las noches este poblado está en total penumbra en algunos sectores, lo que aviva a delincuentes para delinquir en casas habitacionales y comercios de la mancha urbana.
Mientras tanto, Calderón Sen adquiere propiedades en Tapachula y Playa Linda, a costos millonarios y estrafalarios para hacer vida personal lejos de los reflectores.
Personal del actual Ayuntamiento refirió que ya no llega ni a pararse a la alcaldía para despachar y sólo se la pasa en Tapachula o Tuxtla Gutiérrez, mientras el pueblo se hunde en la carencia de rehabilitación de calles y aquellas que lograron ser programadas para acondicionarlas en esta administración están a medias y sin ningún tipo de avance.
Otra de las arterias viales en condiciones deplorables es el periférico de esta localidad, que por años ha servido como ruta de acceso fácil a la mancha urbana y también conducto para buscar la ruta del volcán Tacaná.
En este sector, los baches y deterioro del asfalto impide circular de manera tranquila, aunado a que por ahora permanece bloqueado debido a tareas de rehabilitación, pero estas no registran avance alguno y solo entorpecen el flujo vehicular y de personas.
La vialidad es una de las más importantes de Cacahoatán, eclipsada también por la falta de alumbrado público, que provoca cientos de colonos se sientan atemorizados de ser víctimas de asaltos y robos.
Pero al alcalde Julio Sen poco le importa el bienestar de su pueblo y empleados municipales, ya que acudan que también ha dejado de apoyar programas de apoyo a la comunidad, a seis meses de que tenga que dejar el cargo.