Enclavado en la Sierra de Chiapas, Osumacinta es un lugar con profundas raíces históricas. Su nombre en náhuatl que significa "ladera de mono" o "lugar del mono sagrado", refleja la conexión de sus habitantes con la naturaleza, la crisis de este pueblo comenzó cuando fueron reubicados, actualmente pescadores han sufrido persecución y crisis económica.
Osumacinta se fundó por quienes buscaban refugio y nuevos horizontes, no cuenta con registros formales de su origen. Sus primeros pobladores construyeron hogares de horcaduras y tejas de barro, utilizando materiales como madera de canelo y carrizo.
Las primeras familias asentadas, quienes eran de origen Zoque practicaban la agricultura, el cultivo de maíz, frijol, yuca, entre otros sembradíos. También se dedicaban a la caza y la fabricación de utensilios y artesanías, vitales para su subsistencia.
Posteriormente, el día 22 de mayo de 1976 marcó un punto de inflexión. Ese día, las últimas familias dejaron atrás el viejo Osumacinta que quedó sumergido bajo las aguas de la presa Manuel Moreno Torres, Chicoasén.
Hoy, Osumacinta ha resurgido como una comunidad urbana, con cerca de 5 mil habitantes. Pero cada día es complicada la vida de los habitantes, donde la actividad pesquera ha disminuido y los cultivos se han acabado.
¿Cuál es la problematica?
Ildefonso Castellanos Hernández, socio de la Cooperativa Pescadores del Boquerón de Osumacinta, en entrevista para este medio aseguró que han sido ultrajados al negarles los permisos correspondientes para pescar. Hace aproximadamente de 16 a 27 años tenían estipulado pescar hasta la llamada “Cueva del Silencio” y ahora ya no.
En el año 2019 fue cuando se delimitó y aunque se estipuló en el oficio que era desde la cortina Presa Chicoasén hacia aguas interiores. Ante ello, Castellanos Hernández comentó que con la llegada de Roberto Escalante como director del Parque Nacional Cañón del Sumidero, comenzó con la persecución hacia los pescadores por parte de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El 22 de noviembre cuando fue detenido Ildefonso junto a otro pescador: “Fuimos detenidos dos personas a las 9:20 de la noche en la parte dentro del Cañón, fuimos arrastrados hacía la ciudad de Chiapa de Corzo, desde allá nos regresamos como a eso de la 1:00 de la madrugada, a las 3:00 de la madrugada estábamos de regreso sin nada. Había visto buena pesca ese día y lo triste es que nos quitaron todo y yo les preguntaba qué iban a hacer con el producto (…) ellos nos dijeron que nada más era un decomiso y que ahí se quedaba todo”.
Los pescadores hasta el día de hoy lamentan la reubicación que les hicieron hace aproximadamente 48 años, donde las tierras, la actividad pesquera y toda la vida construida terminó inundada luego de la construcción de la presa Chicoasén. “Al traer para acá Osumacinta, decían ellos que íbamos a tener mejor calidad de vida, algo que no es cierto, algo que es falso”, aseveró el pescador.
Mientras tanto, las mentiras y promesas quedaron enterradas, por ello, Ildefonso pide a los pobladores que viven en los márgenes del río, que si son reubicados no caigan en falsas promesas. “Yo les recomendaría que no se dejen engañar, que no es lo que el gobierno promete, lo que la gente dice. A mí, las presas, considero que son algo que vienen a acabar con un territorio, con un pasado histórico, como es Osumacinta”, señala.
Otro de los pescadores es Onésimo Sánchez Gómez, quien funge como representante legal de los pescadores de Osumacinta, menciona que fueron 18 kilómetros que los limitaron, el cual, está afectando a 91 socios, de los cuales, 40 son mujeres que recién acaban de ingresar siendo esposas de pescadores, ahora es tan pequeño el espacio para pescar que no les alcanza para sobrevivir.
Onésimo lleva cerca de 40 años pescando, iniciando a la edad de 21 años, aproximadamente. Recuerda que anteriormente capturaban hasta 50 kilos de mojarra y actualmente apenas llegan a pescar 5 kilos, mientras el 80 por ciento de producción está a la baja.
“Nosotros salimos a pescar de las 4:00 de la madrugada a las 10:00 de la mañana todos los días. Aquí no tenemos vacaciones. Aquí no hay descanso, que digamos ya llegó Semana Santa ya voy a ir a pasear por allá o ya vienen vacaciones y me voy a ir con mi familia, por que no tenemos recursos para ir de viaje, vamos al día”, especifica.
El pescado lo venden en mercados de Tuxtla, lo poco que sacan aprovechan para ofrecer su producto, aunque ahí en el municipio ofrecen para reventa, el kilo en tan solo de 50 pesos, por lo que en 5 kilos son 250 pesos al día, lo que no es sustentable para las familias.
¿Cómo era y ahora cómo viven?
De acuerdo con los pescadores, el Osumacinta viejo era incluso diferente el alimento que se consumía en la actualidad, mencionan que los abuelos comentaban eso, pues la tierra era distinta. En el nuevo Osumacinta, ni siquiera cuentan con un pedazo de tierra para sembrar sus cultivos.
Castellanos Hernández dijo que la vida de un pescador se ha vuelto complicada, donde hay días buenos y malos. Algunas veces pueden ganar 200 o bien 300 pesos o solo 100 pesos: “Cuando le va mal al pescador llega a ganar hasta 50 pesos y hay días que no gana algo, con eso le quiero decir que no es una pesca productiva”.
Agregaron, otro de los problemas han sido las construcciones de casas, las cuales están mal hechas, donde algunos habitantes han tenido que reconstruirlas porque se han derrumbado.
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¿Qué les dicen a las autoridades?
A decir de los pescadores tuvieron un encuentro con Guadalupe de la Cruz Guillén, encargada de la Oficina de Representación de la Semarnat en Chiapas, así como titulares de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en donde ellos les hicieron ver que ellos perciben un salario y los pescadores no, además, que hagan conciencia, pues les están quitando el sustento.
“Es lamentable la situación, es triste y cada vez que vemos una embarcación donde baja Profepa, Semarnat o de Conanp, ya sabemos que hay agresión por parte de ellos hacia nosotros”, explicó Ildefonso.
Es de hacer mención, este problema ya fue llevado hasta Palacio Nacional, en donde en la mañanera del 8 de septiembre de 2023, el Presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador, fue notificado de la problemática de los pescadores de Osumacinta. En esa mañanera, López Obrador fue claro al decir ante los medios de comunicación que se les permitiera a los pescadores pescar de manera responsable, lo que hasta ahora no ha sido posible.
Actualmente, Pavel Palacios Chávez es quien ha tomado las riendas del Parque Nacional Cañón del Sumidero y quien ha entablado diálogos con los pescadores; “él y el Inapesca vinieron a medir y dijeron que verían las problemáticas que se tenían. Se tomaron las responsabilidades y esas dos dependencias hasta ahorita nada.
El día 21 tuvimos la oportunidad de estar aquí en la sala de pesca, en la Casa de los Pescadores y decía el biólogo Omar Ordaz, que tristemente hay documentos que los hicieron institucionalmente, haciéndolo con dolo para afectar a la cooperativa en su momento”.
Por ahora, lo que los pescadores esperan es que finalmente se pueda lograr quitar el límite de pesca y puedan volver a retomar su vida de antes y sobre todo, lo que les prometieron al ser reubicados al nuevo Osumacinta.
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