El plagio de dos hombres en la comunidad indígena de Piedra Parada, municipio de Zinacantán, ha sumido a sus familiares en una angustiosa espera, mientras luchan por su liberación en medio de un difícil panorama. Benigno González Bartolón fue raptado el 18 de febrero, seguido por su hijo, Roberto Carlos González Herrera, el 20 de enero pasado. A pesar de los esfuerzos y el tiempo transcurrido, la situación se ha estancado, dejando a los familiares desesperados y desamparados ante la falta de avances en las negociaciones.
La familia enfrenta una situación crítica, donde la fuerza de los usos y costumbres parece imponerse sobre la del Estado Mexicano. A pesar de los intentos por negociar, la presión ejercida por los plagiarios ha generado una sensación de vulnerabilidad, especialmente después de que el acompañamiento inicial de la Secretaría General de Gobierno desapareciera.
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Hoy, los familiares se encuentran nuevamente en la Fiscalía de Asuntos Indígenas en San Cristóbal de Las Casas, tratando desesperadamente de alcanzar un acuerdo que asegure la liberación de sus seres queridos. Sin embargo, la situación se complica aún más por las condiciones impuestas por los plagiarios, quienes han advertido a la familia sobre la presencia de medios de comunicación, temiendo que la divulgación del caso pueda aumentar el monto exigido y prolongar la privación de libertad.
A pesar de los esfuerzos de la familia por obtener los fondos necesarios, incluyendo la recolección de préstamos, las demandas de los plagiarios continúan siendo inalcanzables. La cantidad solicitada inicialmente fue de 170 mil pesos, pero incluso reunir 100 mil pesos la semana pasada no fue suficiente para satisfacer sus demandas.
Rocío González Herrera, portavoz de la familia, expresa su preocupación por la salud y el bienestar de sus parientes, quienes son diabéticos y podrían estar sufriendo maltratos mientras están en cautiverio. A pesar de las evidencias y el llamado a la intervención del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la situación se mantiene sin resolver, sumiendo a la familia en una angustia cada vez mayor.
Mientras tanto, la incertidumbre y la desesperación continúan creciendo entre los familiares de los plagiados, quienes no han visto a sus seres queridos desde el momento en que fueron privados de su libertad. La lucha por su liberación sigue siendo una batalla cuesta arriba, mientras la familia aguarda con la esperanza de un desenlace favorable en medio de la incertidumbre y la desesperación.