Tonalá.- Las calles de este municipio,principalmente las céntricas se pueden apreciar las personasindigentes que caminan sin rumbo fijo; muchos prefieren sentarse enla banqueta del parque o pedir limosna en las esquinas de lasavenidas, otras las hacen en los bancos y en los mercados.
Para Nicasio López, un microempresario de jugos ylicuados del mercado público “Manuel Larráinzar”, la ciudadtonalteca se ha llenado de vagabundos, “ya viste, aquí nada máshay uno, ciertamente no ofende a nadie, pero su olor esinsoportable ya que se hace ‘pipí’ en sus pantalones y apestamucho”.
AYUNTAMIENTO Y DIF, LEJOS DECONSTRUIR UN ALBERGUE
“El Ayuntamiento o el DIF deben de hacer algo, unacasa hogar o un inmueble donde le den atención, incluso conenfermeras o sicólogos, hay muchas personas que vienen de otrolado, son indigentes, jovencitos, personas grandes que se viven depedir dinero en la calle o pepenan basura o comida de varios díaspara sobrevivir… ¡pobrecitos! Posiblemente perdieron la memoriacuando consumían alguna droga o alcohol”, afirmó.
En el submundo de la indigencia moran los marginadosque decidieron seguir sus propias reglas, ahí predomina el hambre,la miseria, drogas, demencia y hasta homicidios. Los indigenteshacen de las calles su hogar, viven a la intemperie, en la mayoríade los casos eligen lugares en los que pueden pasardesapercibidos.
“Es preocupante porque cada vez son más, insisto,la Presidencia o el DIF, en conjunto con el gobierno del estadodeberían hacer algo; muy cierto, estas personas no molestan niofenden a nadie, pero llevan mucho tiempo con la misma ropa y suolor es deprimente”, señaló el entrevistado.
“DON NACHO” FUECAMPESINO
“Don Nacho” es otra de las personas que fueabandonada por su familia. Maza, un trabajador de conocidafuneraria de Tonalá, dice que este señor es originario deTapanatepec, Oaxaca, y que desde hace muchos años llegó a estaciudad para deambular: “Es un hombre que en sus años mozos fueun próspero campesino, pero algo raro le pasó porque perdió lamemoria; él ha tomado su casa las banquetas de la Escuela ‘JoséMaría Cáceres’ que se ubica en el centro de la ciudad, dondepide limosna”.
“Supe que este señor dio a guardar a una señorala cantidad de 20 mil pesos, producto de la limosna que recolectadurante varios meses, pero un día le dio a una señora a guardarel dinero pero ya no se lo regresó”, señaló Maza.
“Don Nacho” tiene ya más de 70 años y lo mismole da dormir en la banqueta que en el parque. Al respecto, Mazaexplica que la razón por la que duerme en la vía pública se debea que en Tonalá no hay un albergue que permita a indigentes pasarla noche. “Nosotros le dimos posada por varias noches, pero élprefiere dormir en las calles”, señaló.
La mayoría de los hombres que deambulan en la ciudadha perdido el sentido de la memoria, vive en el submundo de losolvidados, de los ignorados, malolientes en sus pocas vestimentas,pero olvidados por las autoridades y por la misma sociedad.