Ocozocoautla.- Las llantas usadas que muchos pueden ver como basura, para Filemón Aguilar Díaz, es la materia prima para crear arte, situación que lo ha hecho catapultarse como un artista distinguido de la entidad, en donde muchas de sus obras ya se exponen en varias partes de Chiapas y hasta fuera del mismo estado.
"Monchito", como muchos lo conocen, es un apodo adoptado debido a que su padre se llamaba Salomón y muchos le decían "Moncho" y a él de niño le pensaban poner el mismo nombre de su papá pero por alguna razón terminó siendo Salomón, pero el seudónimo de "Monchito" ya no se lo quitó, y le gusta.
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Inició con su arte a partir de haber visto unos maceteros que le gustaron, y fue allí como comenzó la historia que le vino a transformar su vida, con sus primeras llantas para replicar lo que había visto, y se apasionó con ese hobbie, que lo terminó haciendo un oficio.
Oriundo de Comitán de Domínguez pero con más de 30 años radicado en Pujiltic, Filemón ahora cuenta con un taller que se ubica justo a un costado de la carretera que va hacia Venustiano Carranza, siendo distintivo a varios metros de distancia por un elefante grande que tiene a las afueras de su taller, como muestra de lo que hace.
Filemón ha buscado la forma de sacar adelante a su familia, pues se levanta muy temprano para ir a matar puercos, hacer el chicharrón del día y vender la carne, para que una vez terminado este primer oficio, cambia completamente para envolverse en su traje de artista.
Antes de descubrir la habilidad que tenía de darle forma a las llantas, Filemón es rotulista, oficio que posiblemente le llevó a que ahora su nueva faceta sea mucho más atractiva y pueda sacarle jugo a lo que muchos consideran basura, como son las llantas.
Su mayor obra
Hasta hace poco, Filemón había hecho un elefante en tamaño real, el cual había sido una de sus obras más grandes que había tenido, sin embargo con la creación de la Piña, esta fruta es la más grande que ha hecho, en los poco más de seis años que lleva inmerso en este arte.
Para su elaboración, se tardó cerca de 20 días, pues por el tamaño, debía ser más minuciosa su labor, además de que no solo era necesario que llevara llantas sino una estructura que pudiera darle mejor forma.
La obra de la piña tuvo que hacerla en dos partes, dividiendo el fruto de las hojas, ya que la pura fruta alcanza los dos metros con 20 centímetros de alta, pero con el verde las hojas la altura de esta obra supera los 4 metros y medio.
Refirió que tuvo que utilizar 280 llantas para la construcción de la piña, misma que tiene un peso de entre 800 kilogramos y una tonelada, por lo que para transportarla se requerirá de un camión que pueda llevar el fruto al lugar donde fue encargado.
Por cuestiones de ética, Filemón sólo se limitó a decir que la piña es un encargo de un señor de quien no puede mencionar su nombre, pero que efectivamente era de tierras coitecas, por lo que se presume que pueda llegar en los próximos días a Ocozocoautla, pues presuntamente será instalada en la entrada de la ciudad.
Su inspiración
Desde que inició con este nuevo oficio, su familia ha sido pieza fundamental para que logre trascender, pues como él lo dijo, han sido su inspiración y el motor diario de su arte.
“Mi esposa ha sido de los factores más importantes de mi trabajo, y mis hijos la motivación que necesito”, y es que su familia se ha logrado involucrar tanto en este arte que sus propios hijos ya comienzan a hacer algunas figuras, siguiendo el ejemplo de su padre.
Narró que la pandemia efectivamente ha afectado a muchos sectores de la sociedad, y en su caso no fue la excepción, toda vez que tuvo que cerrar el taller por casi mes y medio, dejando ese tiempo su arte para buscar la manera de obtener recursos para su hogar, con sus otros oficios.
Sin embargo su perseverancia y su talento lo han sacado adelante, pues afortunadamente hoy en día tiene trabajos agendados para todo el año, situación que le motiva a continuar con este proyecto.
Varias de sus piezas ya se notan en parque recreativos como es el caso de Villaflores, o en otros sitios de la entidad, en donde el talento de don Filemón ha trascendido fronteras.
He tenido encargos de gente de otros estados como de Durango, Zacatecas, Yucatán, Oaxaca, Quintana Roo, además de que fuera del país ha hecho trabajos para gente de Guatemala, pero también ha venido gente de Europa como España e Italia, que le encanta mi trabajo y compran”, dijo.
En una conversación vía telefónica bastante amena, Filemón y/o "Monchito", se dio tiempo para reír sobre algunas anécdotas, en su voz se nota lo mucho que le apasiona lo que hace, y es que en su taller pueden encontrar piezas que van desde los 100 pesos, para todo el tipo de gusto de públicos, hasta obras por encargo que alcanzan los 35 mil pesos.
Sabe que además de lograr transformar las llantas en objetos agradables, contribuye al medio ambiente, por lo que si usted no sabe qué hacer con sus neumáticos usados, puede llevárselo a Filemón para que siga creando arte.