El obispo de Tapachula, Monseñor Jaime Calderón Calderón, hizo un llamado a las autoridades, alertando sobre la grave situación que está pasando Chiapas, en la cual se respira inseguridad y violencia. Esto con la finalidad de establecer estrategias más efectivas en el combate contra grupos que generen violencia.
Agregó que es necesario que a la maldad se le ponga un alto porque si no se frena, esta crecerá y enfermará a las comunidades hasta llevarlas a la destrucción de sí mismas. Como se ha visto en otras regiones del país y del mundo entero, no se puede acostumbrar a una realidad agresiva donde la maldad parece ganar terreno amenazando y arrebatando la paz.
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Refirió que [al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría] (Mt 24,12), por lo que junto a sus hermanos obispos de la provincia eclesiástica de Chiapas emitieron un comunicado sobre la violencia e inseguridad que sufren hermanos desplazados de las comunidades de Pantelhó y Chenalhó. El Obispo de Tapachula también se refirió al tema del Covid-19, e hizo referencia a que “Somos muy conscientes de que no son las vacunas las que salvan vidas, sino más bien la vacunación”
Afirmo que la vacunación de cada uno de nosotros, ayuda ha aminorar la magnitud de los estragos que el virus del COVID-19 pudiera causar de nuevo y llamó a la reflexión de que existencia y disponibilidad de las vacunas en nada sirven sino tomamos con seriedad y responsabilidad el ir a vacunarnos.