San Cristóbal de Las Casas.- En el Panteón Municipal de San Cristóbal de Las Casas, yace la figura enigmática de Enedina García, apodada "La Bruja de San Cristóbal", una mujer que vivió en el siglo XIX y que ha dejado una intrigante huella en la historia y la leyenda de esta ciudad chiapaneca. A pesar de su sobrenombre, la ciudadanía y los cuidadores del panteón desmienten la idea de que fuera una bruja y prefieren recordarla como una curandera que recetaba medicinas naturales para sanar a sus pacientes.

Enedina García, nacida el 6 de mayo de 1876 y fallecida en febrero de 1900, reposa en su tumba junto con los conocimientos de la medicina natural que practicaba. La tumba, conocida como la "Tumba de la Sirena" debido a una placa en la que se cuenta la leyenda de que regresaría de entre los muertos cuando la última sirena en su tumba cayera, es un lugar que atrae a personas que buscan sanación para sus enfermedades.

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Aunque algunas personas depositan flores y ofrendas en su tumba, realizar rituales frente a ella está terminantemente prohibido, según lo establecido por un letrero que advierte que cualquier acto de brujería será castigado y denunciado a las autoridades.

La tumba de "La Bruja" es uno de los más de 30 monumentos históricos en el Panteón Municipal de San Cristóbal. La cúspide de su nicho está decorada con sirenas, que según algunos pobladores, eran un distintivo de Enedina.

Sin embargo, varios habitantes de San Cristóbal desmienten la versión de que Enedina fuera una bruja. La mayoría la recuerda como una "curandera" que recetaba medicinas naturales que, afortunadamente, parecían curar las enfermedades de aquellos que acudían en busca de su ayuda.

A pesar de las leyendas que rodean su figura, Enedina García sigue siendo un personaje misterioso en la historia de San Cristóbal de Las Casas, recordado por algunos como una mujer sabia y curandera, mientras que otros mantienen viva la leyenda de la "Bruja" y su promesa de regresar de entre los muertos.