Desde hace más de 35 años doña Rubidelia Hurtado Morales y su familia se dedican a la elaboración de hojuelas, un delicioso postre ad hoc a las celebraciones de las posadas y sentadas de niño Dios.
En otros estados del país es conocido como un buñuelo, sin embargo, este tipo de tortilla delgada y quebradiza de más o menos 50 centímetros que se elabora en el emblemático negocio de doña Rubidelia se ha convertido en una deliciosa tradición en Tapachula.
Doña Rubidelia Hurtado Morales, propietaria del negocio, explicó que este oficio se los inculcó su señora madre y ha sido una herencia familiar, por ello ha instruido a sus hijas para continuar con la elaboración de este postre, que tiene mayor demanda durante los meses de diciembre y enero.
Dijo que la demanda de este producto inicia desde el 24 de diciembre, fecha en que comienza las posadas, porque se relacionan con el nacimiento del Niño Jesús, cuando María pidió posada junto a José, por eso se acostumbra a dar, porque las hojuelas simbolizan los pañales del Niño Jesús.
Señaló que la receta tradicional es única, pero siempre se realiza de manera distinta, en su caso tienen su propio secreto para elaborarlas, gracias al cual han logrado estar en el gusto de la gente, basta con mezclar harina, leche, jugo de naranja y toque de sal, para después preparar la miel con las que se bañan, hechas de azúcar y colorante rojo para darle ese toque especial.
Durante este temporada llegan a vender hasta 3 mil hojuelas al día, la cual termina hasta el 2 de febrero, ya que durante estos días las personas acostumbran a degustar este delicioso postre.
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“De diciembre a enero es cuando más venta tenemos gracias a Dios, son dos meses buenos, ya que vendemos hasta 3 mil hojuelas por día, lo cual viene a mejorar nuestra economía", abundó.
Este negocio familiar se ha convertido una fuente de empleo para otras personas, porque ante la gran demanda de producto, doña Rubidelia llega a contratar hasta 10 empleados, para amasar, elaborar las tortillas y freírlas.
Las famosas hojuelas de doña Rubidelia, han sido adquiridas por personas que viajan desde varios estados del norte de la república y se llevan grandes cantidades de las mismas.
“Nuestras hojuelas las consumen personas de Cacahoatán, Puerto Madero, Tuxtla Gutiérrez, Tijuana, entre otros lugares, inclusive hasta la gente que viene de paseo de Guatemala las compran y le gustan mucho”, recalcó.
Para elaborarlas también se las han ingeniado debido a que los rodillos de madera con los que tradicionalmente es extendida la masa para dejar una tortilla delgadita ya no se consiguen en el mercado, por lo que usan las botellas de cerveza, las cuales son una buena herramienta.
Puntualizó que ante la situación económica que se vive han decidido mantener el precio de venta a mayoreo, cuyo producto oscila a 450 pesos el centenar de este rico postre lleno de tradición y dulce sabor, y quienes requieren en menor cantidad, se vende en 5 pesos la pieza, acompañada de miel.
El negocio de doña Rubidelia, forma parte de un claro ejemplo familiar, para salir adelante de la difícil situación económica y obtener recursos para subsistir.
“Este negocio es parte de nuestra esperanza de todos los años, a pesar que las personas que trabajamos aquí no tenemos un empleo formal o de gobierno, nos cae dinerito y salimos adelante, enfrentamos la dura situación”, apuntó.