“Es triste que haya este tipo de grupos que se unan solamente para intimidar, amedrentar, para abusar de la bondad de las personas, de la honestidad, y es triste que las autoridades civiles los dejen hacer, que incluso en algunos casos me he dado cuenta hay complicidad, no sólo triste, dolorosa, que en vez que haya justicia, orden, haya más bien corrupción e impunidad”.
Así lo refirió el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Rodrigo Aguilar Martínez, al ser cuestionado del actuar de un grupo de personas que el pasado sábado habría realizado un “gallo motorizado” de la zona norte de la ciudad al parque central, que con su actitud e identificados como “motonetos”, causaron temor e incertidumbre a la sociedad en general, pues en el trayecto mostraron agresividad.
A pregunta expresa sobre la presencia de la Guardia Nacional en esta ciudad, consideró que hay acciones nobles que han realizado, pero también “punitivas, que me parecen dolorosas, no se debería reprimir de esa manera, sino ayudarles, son seres humanos que tienen su familia”.
“Cómo ser sensibles, es signo que la actitud a nivel federal, estatal y municipal está siendo ambivalente, es importante revisar, para nosotros que creemos en Cristo, los migrantes son seres humanos necesitados de nuestra atención, lo dice el evangelio de este domingo, que debemos expresar compasión para con ellos”, añadió.
Aguilar Martínez pidió a los dirigentes magisteriales y la Secretaría de Educación, que la llamada “cadena de cambios no sea solo una tradición”, sino lo que sea mejor para la niñez y de la población.
Sobre la reciente renuncia del secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, calificó de “incierto” porque se han dado buenos pasos, pero hacen falta aún más y sigue siendo “ambivalente”, porque por una parte el gobierno debe comprometerse a buscar la legalidad, el desarrollo integral de la patria y sobre todo de los más necesitados, “pero que los ciudadanos sepamos colaborar y no buscar de qué manera aprovecharnos”.
El prelado informó que sigue visitando comunidades de la Diócesis, conociendo los diferentes climas contrastantes “porque lluvioso y húmedos en San Cristóbal, y en calurosos y seco en Palenque”, y realizándose misas por las 50 personas entre niños, jóvenes, adultos, que quieren ser parte del sacerdocio.