La tumba encadenada en Coita

OMAR RUIZ

  · miércoles 31 de octubre de 2018

Se dice que las caneas son más de un ritual de la logia masónica que brujería / Foto: Omar Ruiz

  • Por años se dijo que una bruja deambulaba en elpanteón municipal y en la cripta con cadenas nadie tenía valor devisitarla, aunque muchos llegaban solo para ir a jugar

Ocozocoautla.- Una leyenda urbana, que por años hasido motivo de sustos sin que se compruebe si realmente existe,habla de una bruja que deambulaba en el panteón de Dolores y quemediante un conjuro pudieron devolver el alma a la tumba, paradespués encadenarla y que no volviera a salir.

Según las antiguas generaciones, la tumba encadenadaes una leyenda que se contaba normalmente en esta época del año,cuando la gente acudía al panteón de Dolores, y muchos seadentraban en el panteón para curiosear precisamente la cripta quetenía cadenas, y conocer más de la historia de estanarrativa.

Un grupo de amigos del barrio San Antonio, contaron aeste medio que no hace muchos años, quizá por el año 2000,acudían por las noches al panteón de Dolores a hacer retos o ajugar la Ouija, como una forma de distracción y mostrar valor antesus compañeros.

Uno de los juegos, es que todos colocaban dinero a uncostado de la tumba encadenada y se iban todos juntos hasta el otroextremo del panteón y desde allí tenían que ir uno por uno aconseguir el dinero, quien llegaba hasta la tumba encadenada solitoy regresaba hasta donde estaban los demás se quedaba con todo eldinero.

Sin embargo, dijeron, que no había valiente queterminara logrando el reto por lo cual, salían nuevamente juntos,tomaban su dinero y se iban, pero la visita al panteón por lasnoches en una reunión de amigos era una constante.

Pero llegó la noche en que encontraron a un niño enel panteón con quien estuvieron jugando y platicando, cuandoescucharon que llegó la policía y todos emprendieron la huida,cada quien por su rumbo para no ser atrapados por la ley.

Y es que aquella noche marcó su historia, pues alotro día fueron a la comandancia para saber si no habían retenidoal menor de edad, y allí les dijeron que no encontraron ningúnniño, situación que les puso en que pensar a los jóvenes, hoyadultos, sobre si el niño en verdad existía o no, pero por si lasmoscas, ya no regresaron al panteón a jugar nuevamente.

Respecto a la tumba encadenada, los más analistascuentan que la persona allí enterrada era familiar de DoñaFidelia Brindis, y que las cadenas colocadas en su ataúd eran unsímbolo de la logia masónica mas no un acto de brujería, perolas historias que se narran son muchas, y en la mayoría coincideny hablan del panteón de dolores y de la tumba encadenada.