En San Fernando, Chiapas, se susurra una historia que pone los pelos de punta a quienes se aventuran por la carretera en horas silenciosas. Es la leyenda de La Mujer de Blanco, una aparición que se manifiesta en el tramo conocido como La Cañada. Quienes han tenido encuentros con ella aseguran que es imposible olvidarla.
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Hernán Jonapá Hernández, originario del municipio, comparte lo que ha escuchado de esta escalofriante leyenda. Según su relato, la historia comienza con una joven ilusionada por su boda. Vivía en Madero, una ribera cercana, y había viajado a la capital chiapaneca para comprar los últimos detalles para su gran día.
Sin embargo, el destino la sorprendió con una tragedia. En su regreso, a la altura de La Cañada, un fatal accidente le arrebató la vida. La boda nunca se celebró y sus familiares, devastados, le dieron cristiana sepultura.
Con el paso del tiempo, comenzaron a circular testimonios inquietantes. Taxistas y automovilistas que transitan por ese tramo cuentan que, en las noches más oscuras, una mujer vestida de blanco aparece en la capilla construida en el lugar del accidente, pidiendo un "raite" hacia San Fernando.
Lo más extraño es que la joven nunca se sienta en el asiento delantero. Siempre elige la parte trasera del auto, donde entabla una conversación aparentemente normal. Relata que al día siguiente será su boda, que su madre la espera junto a su prometido, y se muestra desesperada porque se le hace tarde.
Pero la pesadilla empieza cuando el conductor llega a la colonia Cárdenas. Allí, la mujer pide ser llevada hasta su casa en Madero y ofrece un anillo al chofer, rogándole que se lo entregue a su madre. “¿Por qué no lo haces tú?”, preguntan los conductores, desconcertados. En ese momento, un frío repentino los invade, y al volver la mirada... la joven ha desaparecido.
Aquellos que deciden entregar el anillo llegan a la casa que la mujer indicó, donde los recibe una madre con el corazón roto. Al mostrarle una fotografía de la joven, la historia cobra forma: es la misma muchacha fallecida en el accidente, la misma que debía casarse pero nunca llegó al altar. Los visitantes quedan atónitos al descubrir que han llevado en su coche a un espíritu atrapado entre este mundo y el otro.
Algunos testigos afirman haber visto a la mujer con vestido de novia a la orilla del camino. Aterrados, aceleran para escapar, pero al mirar por el retrovisor descubren que ya está en el asiento trasero. Los motociclistas no son la excepción: quienes se cruzan con ella aseguran que la sensación de frío que deja a su paso les provoca fiebre por varios días.
Con el tiempo, los habitantes de La Cañada, preocupados por las apariciones, construyeron una capilla en el lugar del accidente con la esperanza de apaciguar su espíritu. También lograron que se instalara alumbrado público en el tramo, intentando evitar que la joven siga acechando a los viajeros.
Sin embargo, la leyenda de La Mujer de Blanco sigue viva. Quienes se atreven a conducir por La Cañada saben que, aunque pocas veces se deja ver, el peligro de encontrarse con su espíritu siempre está presente. Porque en ese camino, el pasado y el presente se mezclan.
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