El obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, lamentó que el ser solidario con extranjeros, en especial por la crisis humanitaria y el éxodo africano, es considerado por algunos como una traición a la patria.
Así también, exhortó a los maestros para que al inicio del ciclo escolar los docentes mantengan su amor por la docencia y a los alumnos les pidió se sumen a las actividades educativas.
Respecto a la crisis humanitaria migratoria que se registra en Tapachula, exclamó: “Tal parece en la actualidad que tender una ayuda y ser solidarios con los forasteros es visto como malinchismo o traición a la patria. De ningún modo debemos pensar y actuar así. La crisis migratoria que hemos vivido estos días en la ciudad nos duele y conmueve a urgir a las autoridades competentes su pronta acción. Esta emergencia humanitaria que vive la comunidad africana y haitiana parece ser una realidad olvidada por los tres niveles de gobierno y por organizaciones internacionales”, dijo
Expuso que la Iglesia “no queremos ser protagonistas, sino ser fieles al Evangelio y, en consecuencia, ser una voz profética que mueva las voluntades de quienes les compete atender estos asuntos. La atención a los migrantes es amor a la humanidad, es fidelidad a Jesucristo, es abrirse al amor de Dios que se nos da a través de ellos. Cualquier acción en contra de los migrantes desdice de nuestra identidad de hijos de Dios, de nuestro amor a Dios y de nuestro respeto por la dignidad humana”.
Respecto al inicio de clases, agradeció a los padres de familia el apoyo que brindan a sus hijos para la formación escolar e invitó a los docentes, para que “en este período impulsen y fortalezcan su ser de educadores conscientes y comprometidos con su vocación como personas, profesionistas y cristianos teniendo como modelo al Maestro: Jesús de Nazaret. Al personal de apoyo los exhortamos a acrecentar la conciencia de que su ser y quehacer, a ejemplo de Cristo, el hombre del trabajo contribuye a la formación integral de los alumnos”.
Así también, ehxortó a los alumnos para que asuman, fomenten y fortalezcan la vivencia de los valores esenciales: amor, piedad, perdón, justicia, servicio, responsabilidad, paz y solidaridad, sean agentes de transformación familiar, escolar, social, ecológica y cultural.
Además, a las religiosas y sacerdotes que colaboran más directamente en el campo de la educación “les animamos a seguir dando testimonio de su vida consagrada, siendo signo de Jesús Buen Pastor en la educación. A las escuelas en general les recordamos la misión que tienen de concientizar, armonizar y vivenciar la formación integral de la comunidad educativa en la pedagogía del amor cercano. Alumnos, padres de familia, personal de apoyo, religiosas, sacerdotes y maestros les agradecemos su total disposición para continuar este momento importante de la formación del ser humano en las aulas”.
La ambición por tener más o ser más nos ha llevado y nos llevará a ser testigos de catástrofes inimaginables; la puerta estrecha que nos pide vivir el Señor aquí es la de tener en un estilo de vida humilde.
Jaime Calderón Calderón
Obispo de Tapachula