A 38 días que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) anunciara la puesta en marcha de restricciones al tránsito terrestre por el alto flujo de migrantes y la pandemia, la frontera sur sigue desprotegida y sin vigilancia de personal de salud ni migratorio.
Desde el inicio de esta semana, que se pensaba sería reforzado el cerco sanitario en la franja fronteriza con Guatemala, el paso de personas y vehículos continuó de manera habitual, sin que personal de la Secretaría de Salud Federal instaure puntos de revisión epidemiológica.
A pesar que Guatemala ya presenta casos de una nueva cepa aún más contagiosa que la ya conocida, los pasos formales entre ambos países siguen operando de manera normal.
Del paso informal, puente abajo, por el río Suchiate ni qué decir. La ausencia de policías, militares y brigadistas de salud es notoria, debido a que Dia y noche el paso de personas es persistentes, pese a que Guatemala envió más soldados a su frontera para reforzar la seguridad civil.
Hasta ahora no existe un plan integral que consolide la seguridad sanitaria y fronteriza en los límites de ambos países. Ya dentro de territorio mexicano, operan dos puntos de revisión hasta Tapachula, pero migrantes que avanzan de manera irregular hacia esta localidad saben burlar esta vigilancia, que por lapsos del día luce carente.
El flujo de personas se ve disminuido entre semana, pero al llegar el viernes el tránsito de personas provenientes de Guatemala hacia México se nota aun más constante, esto porque acuden a Tapachula a realizar compras de fin de semana.
Los chapines sólo muestran su Tarjeta de Visitante Regional (TVR), que les permite el libre tránsito por todo Chiapas, y sin más problema ingresan al país, sin q le autoridad alguna cuestione si viajan con algún síntoma de COVID 19. Mientras que los mexicanos que cruzan a Guatemala lo hacen de manera más fácil, ya que muchos pasan de largo en la garita migratoria y se encaminan por varios sitios de territorio guatemalteco.