La demanda de viviendas en renta ha provocado que los caseros incrementen los precios y en algunos casos, viviendas de interés social pequeña el pago mensual sea de entre 3 y 4 mil pesos, como consecuencia de la oleada de migrantes que se ha quedado a vivir en la región en espera de documentos para continuar su trayecto hacia los Estados Unidos.

Los propietarios de viviendas han sacado provecho de la llegada de los extranjeros que en grupos demandan espacios para vivir, las vecindades están abarrotadas de familias extranjeras principalmente haitianas que se organizan para ocupar los espacios que generalmente son pequeños y conviven de 10 a 12 personas en un pequeño cuarto.

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Otra modalidad implementada por los caseros es la de otorgar servicios por familias con cobros semanales también en espacios muy reducidos y es que el incremento por el flujo migratorio en la frontera sur y la marcada tardanza en los trámites en el Instituto Nacional de Migración (INM), y Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), ha provocado la demanda de espacios porque de no encontrarlos muchas de las familias pernoctan incluso en los parques centrales de Tapachula.

Es común observar en todas las colonias de Tapachula, no solo en el centro sino en las más alejadas de la mancha urbana a grupos de migrantes haitianos que se han establecido en la región es espera de su documentación para continuar su camino, aunque la autoridad se empecina en señalar que ellos quieren quedarse en Chiapas.

Las personas se han aprovechado de la situación para lucrar con las necesidades de los migrantes, ya que han elevado las rentas de casas en porcentajes considerables en comparación a meses anteriores, incluso, contándoles por persona.

Gonave, migrante haitiana, quién viene al sur de la ciudad en lo que antes fue un motel, dijo que les cobran mil pesos por persona al mes, solo por el lugar, ya que el cuarto no tiene ningún mueble.

Dijo que ellos han tenido que comprar colchonetas para dormir en el piso, ya que no cuentan con los recursos para adquirir una cama y poder descansar con mayor comodidad.

Señaló que el problema es la lentitud en el proceso de atención de las autoridades, para la solicitud de refugio, ya que los obliga a quedarse más tiempo, y no cuentan con los recursos suficientes, y además no pueden trabajar.