Cintalapa.- Uno de los sucesos que quedarán marcados en la memoria histórica de este municipio fue precisamente un 24 de septiembre pero de 1980, y es que el huracán Herminia llegó hasta esta ciudad para devastar gran parte de la localidad, causando daños y muertes, por ello a 42 años de aquél día, la gente aún recuerda esta fecha con mucha tristeza.
Cuentan los pobladores, que desconocieron por completo el río La Venta, y es que en aquel evento el afluente creció tanto que se desbordó, por lo que las calles quedaron inundadas y muchas familias perdieron gran parte de su patrimonio.
“La gente del pueblo jamás imaginó el efecto que tendría la lluvia, que más bien parecía un diluvio que empezó desde la noche. La sorpresa empezó en la mañana cuando el río La Venta ubicado sobre el lado norte de la ciudad sorpresivamente creció y se extendió de manera rápida”, contó Freddy Peña, quien actualmente se dedica al periodismo.
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“Empezó el pánico, pues un río normal, se convirtió en pocos minutos en una fuerte y peligrosa corriente de agua, que avanzaba sin piedad sobre árboles, muros, viviendas y todo lo que encontrara a su paso”, agregó.
Se sabe que los barrios más afectados fueron Santo Domingo, La Candelaria, Santa Cruz y San Francisco, mismos que quedaron bajo el agua, en donde se reportaron pérdidas humanas.
Es preciso destacar que también hubieron muchas familias que decidieron huir de Cintalapa luego de ese momento, dejando atrás una fecha de tragedia, y que no quisieron volver a correr más riesgo, pues quizá pensaron que cada temporada de huracanes se pondría peor.
Freddy Peña continuó con su narración, afirmando que “la gente se refugió con sus familiares en las partes altas del pueblo, otros con sus vecinos y las autoridades habilitaron escuelas como albergues y refugios temporales hasta en tanto pasaba la contingencia, pues también se registró daños en carreteras y puentes que hicieron más difícil el problema”.
Aseguran los ciudadanos que en aquel momento vieron como llegaban avionetas con ayuda, entregando despensas, y grupos de rescate que acudieron a apoyar a las familias, en nombre del entonces gobernador Juan Sabines Gutiérrez.
Hoy a más de cuatro décadas de aquel momento que puso en predicamento al pueblo cintalapaneco, algunos prenden sus veladoras en casa y recuerdan aquel triste momento, una fecha que quedará marcada en la historia de este municipio.