“Me fue de la chin...", fueron las primeras palabras de don José Arredondo García al bajar del taxi que los trasladó del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, proveniente de Dubai, al hotel donde se encontraba su hija, el 22 de marzo.
El hombre de 85 años presentaba diarrea crónica, cansancio a consecuencia de sus pulmones que no preveían suficiente aire y una debilidad que no lo dejaba ni tomar de la oreja la taza del café.
Un día después, el 23 de marzo a las 10:00 de la mañana, decidieron ir al IMSS para que lo atendieran, pero el personal del hospital no sabían cómo atajar a un paciente con síntomas de Covid-19.
Era el primer caso de coronavirus en Tapachula y la frontera sur. Aún no se había hecho la prueba y una enfermera vociferó al viento que era el primer caso de Covid en la región.
El mismo día de internamiento le hicieron la prueba, que fue transportada en una hielera al hospital La Raza de la CDMX. También le quemaron su ropa como parte del protocolo para evitar que el “posible” virus se esparciera. Antes de obtener los resultados, don Rolando fue dado de alta el jueves 26 de marzo. Se fue enojado del IMSS, porque no sabía si era el primer caso del virus.
Los análisis en papel llegaron hasta el sábado y el pronóstico era oficial: positivo a Covid. Él siguió mal, muy mal, entonces al siguiente día, el viernes 27 de marzo, tuvo que regresar a un cuarto a solas a convalecer.
El linchamiento mediático llegó para los herederos de don José. Los teléfonos de los cuatro hermanos no paraban de sonar en busca de noticias. En los respectivos trabajos de los hermanos Arredondo Gordillo comenzaron a discriminarlos, con cancelaciones de contratos laborales y la ignominia de la gente, hambrienta de la rumorología y no tanto del contagio.
La familia comenzó a presentar síntomas del Covid. También se contagiaron, incluso los nietos de don José también se infectaron, don José pasó del viejo al nuevo IMSS, donde estuvo 17 días hasta que el 9 de abril falleció.
Desde el 28 de marzo que se oficializó el primer caso en la frontera sur, la situación en la región ha sido una montaña rusa. Los contagios, según la Secretaría de Salud, disminuyeron considerablemente y dejó “vacantes” en las camillas de los hospitales de la localidad.
Seis meses después del primer caso, Tapachula registra una taza de 2955.4, es decir, un total de 987 contagiados.
El mes más complicado para las autoridades de salud fue abril, cuando aún no se tenía noción de cómo agredía al cuerpo este virus mortal. De abril a julio, los casos diarios ascendían hasta en escalas de 80 a nivel Entidad, pero a inicios de agosto la tasa disminuyó hasta en 25-30 casos diarios.
Tapachula se convirtió en el punto mediático para canalizar a los enfermos sospechosos o diagnosticados con el Covid 19.
Don José fue el “conejillo de indias”, según el sentir de sus propios hijos. Con él los médicos experimentaron, inventaron e improvisaron la estrategia para atender la pandemia.
La pandemia en la frontera sur se ha convertido en un circo mediático de contagiados que son linchados socialmente y la renuencia por evitar aglomeraciones y la terquedad de tomar las medidas preventivas necesarias, como el uso de cubrebocas, gel antibacterial y sanitizantes en la ropa o casa .