Sitala.- Una vez más la incertidumbre y el temor se ha apoderado de los habitantes de este municipio, ante los diferentes desplantes y hostigamiento por parte de los seguidores del exalcalde, Marco Antonio Núñez Jiménez, esposo de la actual alcaldesa Anita Velasco Santiz, a quienes les adjudican el estar sembrado temor y la zozobra en la población.
Tras las constantes denuncias que se han realizado ante los diferentes medios de comunicación, donde se refiere que un grupo de seguidores del exalcalde se han apoderado de los diferentes programas de beneficio social, tal como lo manifestaron los transportistas de las diversas uniones de terraceros y materialistas de la región, quienes salieron a las calles para manifestarse, en contra de las acciones que se vienen dando desde el interior de la presidencia municipal.
Denunciaron que día a día han tomado otro entorno, después de que los presuntos actos de corrupción por parte de la alcaldesa fueran denunciados ante las autoridades estatales, donde claman la intervención del ejecutivo estatal, para que se aplique el estado de derecho ante los diferentes atropellos que se han generado por el interés mezquino de la actual presidenta municipal.
Por lo anterior, transportistas de la CTM y la CROM, solicitan la intervención inmediata del gobernador, Rutilio Escandón y del secretario de Trasportes y Movilidad, Aquiles Espinoza, para que den solución a este problema antes de que sucedan hechos de difícil reparación, toda vez que han denunciado la presencia de un grupo armado, presuntamente al servicio de la funcionaria de este municipio.
Por ello afirmaron que, en caso de no tener respuestas por parte de las autoridades, los representantes del trasporte y los propios trasportistas amagan con tomar acciones, puesto que no existe gobernabilidad en el municipio, ya que la misma población ha solicitado la presencia de la fuerza de seguridad pública ante los contantes hostigamientos que han recibido por del grupo que se encuentra al parecer al servicio de la presidenta municipal, volviéndose una situación ingobernable.