El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), en un comunicado demandó al estado mexicano el desplazamiento forzado de 138 indígenas tzotziles del sector Santa Marta, municipio de San pedro Chenalhó, ocasionado por la disputa de tierras comunales y exigió que se investigue de manera “diligente la actuación de los grupos armados, que abone a su desarticulación y desarme”.
“Adoptar medidas integrales para prevenir las causas del desplazamiento forzado interno en la región, así como a garantizar la protección y la seguridad de las personas afectadas para disfrutar de una vida digna y en paz, desde el Frayba hemos señalado la responsabilidad del Estado mexicano respecto a la omisión y mantenimiento de la impunidad frente a la actuación de grupos armados en la región de los Altos de Chiapas que amenazan, asesinan y desplazan a los habitantes”, demandaron.
Lo anterior, el organismo dijo que estas acciones constituyen una violación continua y múltiple de los derechos humanos, entre los que se destacan el acceso a un nivel de vida adecuado, a la libertad de circulación, libertad de residencia, a la vivienda, salud, educación, empleo y a una vida en familia.
Agregó que, al menos 138 pobladores de Santa Marta se desplazaron en los días recientes hacia la comunidad de Polhó, debido a que fueron agredidos por sus vecinos, a causa de la disputa de la disputa de tierras, y desconoce si existe más desplazados por esta guerra de los paramilitares.
“Hemos documentado 40 conflictos en los que las armas se han convertido en el recurso central y en 33 casos fueron usados altos calibres. La mitad de estos eventos se desarrollaron en los Altos de Chiapas, destacando los municipios de Chenalhó, San Cristóbal de Las Casas y Oxchuc y que los actores son diversos, desde sucesores de dinastías de líderes paramilitares que dan continuidad a la lógica contrainsurgente”, cita el escrito.
Finalmente, dijo que la violencia en estos territorios es sumamente dramática, ya que ha tocado las estructuras comunitarias provocando fracturas profundas y permanentes, esto a causa de los mecanismos del terror que van creciendo, por lo que es urgente desactivar las violencias y reconstruir el tejido social con la participación de la población que resiste estas acciones criminales.