Familiares del finado Adolfo Gómez Gómez, quien habría fallecido al interior del Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados (CERSS) numero 5, preso el pasado 15 de julio, relacionado con la desaparición del menor de 2 años y 8 meses Dylan, pidieron se esclarezca “su muerte”, confirmaron que mostró señas de tortura y golpes en su cabeza, contradictorio a lo dicho por la Fiscalía de Justicia de Chiapas que argumentó en un comunicado “murió en el penal de suicidio por ahorcamiento”.
En conferencia de prensa tras el sepelio Enereida Gómez, hija de Adolfo dijo que tras una revisión del cuerpo, observaron golpes en diferentes partes de su anatomía, y algunos en la cabeza que suponen fue el motivo por el que perdió la vida.
Adolfo N, según declaraciones de una de las hijas, Enereida N, su padre fue detenido el pasado 15 de julio, cuando vendía sus artesanías en el parque de San Cristóbal, relacionado con la desaparición del menor “Dylan Esau” desaparecido del Mercado Popular del Sur (Merposur), el pasado 30 de junio.
El 127 de julio según la fiscalía de Chiapas habría desmantelado una red de trata, pero Enereida N, aseguró que los 23 menores son sus sobrinos y hermanitos, y que las detenidas entre ellas su madre Josefa N, hermanita María Hortensia N, cuñada Maribel N y Juana N, “son inocentes, porque nos acusan, tenemos derechos, porque nos involucran que dice que somos secuestradores, teníamos una casa rentando y teníamos 23 niños que vivíamos, el 17 de julio fue clausurada porque dicen que somos secuestradores”.
“Si algo le llega a pasar a mi madre Josefa Sánchez, como le sucedió a mi padre, será responsable el gobierno, no me han informado que le paso, algo le paso ahí en el Cereso, no es solo así que falleció, quiero que el gobierno haga su trabajo y liberen a mi madre que es inocente”, advirtió Enereida previó al entierro de su padre.
Es de mencionar que la Asociación Civil, Melel Xojobal, quien respalda a apoya en la protección de menores trabajadores, había dicho que era una declaración adelantada el señalar de trata a las detenidas, pues en San Cristóbal, existe un sin número de menores que trabajan ante la difícil situación económica que atraviesan, sobre todo por la pandemia del Covid-19.