Ocozocoautla.- El 12 de agosto, cada año, marca una fecha especial en el calendario de los habitantes de Ocozocoautla, quienes se visten con botas, pantalones vaqueros y camisas a cuadros para dirigirse al Rancho San Luis. Este evento campestre es parte de las festividades en honor a la Virgen de la Asunción.
La tradición surge después del peregrinaje que ocurre el 10 de agosto, en el que cientos de personas llevan a la figura de la Virgen de la Asunción desde la comunidad de Ocuilapa hasta la parroquia de San Juan Bautista en Ocozocoautla. Es en este día de regreso que nace la costumbre de visitar el Rancho San Luis, una propiedad privada ubicada en la carretera Apic Pac-Ocozocoautla.
También puedes leer: Peregrinos de Ocozocoautla recorren más de 15km para llevar a la Virgen de Asunción
Los tradicionalistas cuentan que en el pasado, las familias coitecas preparaban comidas y antojitos para recibir a los peregrinos provenientes de Ocuilapa, como muestra de agradecimiento por tener a la Virgen de regreso en sus tierras.
En horas cercanas a las 14:00, los peregrinos hacían una parada en el Rancho San Luis, un lugar cuyo dueño decidió que estuviera siempre abierto para esta celebración. Este sitio atrae a los visitantes con sus frondosos árboles que proporcionan una agradable sombra.
Con el tiempo y nuevas direcciones por parte de la Iglesia Católica, la Virgen comenzó a ser colocada en otro rancho cercano, en el que permanece por un corto tiempo antes de continuar su camino hacia el pueblo coiteco. Esto se debe a que algunas voces dentro de la iglesia consideraron inapropiado que la Virgen ingresara al Rancho San Luis.
En la década de 1960, en el rancho se solían organizar concursos de carretas adornadas y una serie de actividades para celebrar la ocasión. Aunque con los años algunas de estas tradiciones se han perdido, muchas personas aún eligen seguir la tradición, reuniéndose en el Rancho San Luis para disfrutar de un día de campo, montar a caballo, escuchar música y convivir en familia.
El sábado pasado, las familias se prepararon desde temprano para dirigirse al Rancho San Luis, creando una ocasión para comer al aire libre, montar a caballo, disfrutar de diversos géneros musicales y compartir momentos en una celebración que perdura en la cultura local.