Palaperos y restauranteros de Puerto Madero, en la playa Las Escolleras, llevan años vertiendo al mar sus aguas sucias que generan en albercas y baños de sus establecimientos, lo que representa un problema fuerte de contaminación hacia especies marinas que habitan en aguas del litoral chiapaneco y el Océano Pacífico.
A través de tuberías improvisadas, los propietarios de estas palapas que venden alimentos y bebidas, principalmente los fines de semana, expulsan aguas negras y nauseabundas sin importar que estén a la vista del público y se genere este foco de infección.
En uno de los restaurantes de esta playa, una corriente de agua sucia avanza hacia las olas que hacen contacto directo con estas sustancias inmundas, para arrastrarlas consigo mar adentro donde se genera aún más contaminación hacia especies marinas.
En la trayectoria de esta agua contaminada, se perciben fétidos olores que molestan a los comensales y turistas que llegan a esta playa, a pasar un momento de esparcimiento.
Lo más complicado de todo esto es que los mismos bañistas que llegan hasta Las Escolleras a bañarse, tiene contacto directo con la inmundicia liquida que se derrama hacia el mar, sin que hasta el momento el Ayuntamiento de Tapachula o alguna autoridad federal como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente ( Profepa), tome cartas en el asunto y sancione conforme a ley a los infractores.
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Según la Profepa, la comisión de ilícitos ambientales en las materias de forestal, impacto ambiental, recursos marinos, vida silvestre y zona federal marítimo terrestre, pueden constituir la imposición de sanciones que abarcan desde lo adminsitrativo hasta lo penal.
Las violaciones a los preceptos de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), sus reglamentos y las disposiciones que de ella emanen serán sancionadas con una o más de las siguientes sanciones: multa ,clausura temporal o definitiva, total o parcial, cuando no haya cumplimiento de las medidas correctivas o de urgente aplicación ordenadas. En casos de reincidencia cuando las infracciones generen efectos negativos al ambiente o trate de desobediencia reiterada, en tres o más ocasiones.
También señala que podría haber arresto administrativo hasta por 36 horas; decomiso de los instrumentos, ejemplares, productos o subproductos directamente relacionados, así como suspensión o revocación de las concesiones, licencias, permisos o autorizaciones.
El agua sucia es visible para propios y extraños, por lo que es urgente se tomen medidas severas para sancionar y erradicar esta mala práctica.