Altamirano.- El municipio de Altamirano se encuentra una vez más en el ojo de la tormenta debido a las crecientes tensiones entre los ejidatarios. En un escenario que podría desencadenar un conflicto entre indígenas tzeltales y tojolabales, se han alzado voces exigiendo la desaparición del actual concejo municipal. Esta situación amenaza con reavivar una disputa que había sido apaciguada durante los últimos dos años.
Desde hace más de dos años, los ejidatarios de Altamirano habían desconocido a Roberto Pinto Kanter, reteniéndolo el 31 de septiembre de 2021. Posteriormente, en las elecciones municipales, su esposa Gabriela Tipacamu resultó ganadora y fue nombrada presidenta municipal constitucional. Sin embargo, un grupo de ejidatarios, unidos en ese momento, impidió que Tipacamu asumiera el cargo, nombrando a María García López y Fernando Gabriel Montoya Oseguera como presidenta y síndico concejales en un concejo municipal alternativo.
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En una reciente reunión de ejidatarios llevada a cabo en el barrio de las Casitas, se llegó al acuerdo de desconocer al actual concejo municipal bajo la alegación de que no ha cumplido con sus funciones como autoridades locales. Esta decisión amenaza con generar una nueva ola de protestas y manifestaciones por parte de los inconformes, que buscarán la destitución de las actuales autoridades y la implementación de cambios en la administración del municipio.
Se ha advertido que estas protestas podrían incluso llegar a un bloqueo de las tres principales salidas de Altamirano, que conectan con las ciudades de San Cristóbal, Comitán y Ocosingo. Esta acción, de llevarse a cabo, tendría implicaciones no solo en el ámbito local, sino también en la movilidad y comercio de la región circundante.
