La directora del Instituto de Investigación en Gestión de Riesgo y Cambio Climático de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Silvia Guadalupe Ramos Hernández, compartió con habitantes de Ostuacán, Pichucalco, Chapultenango y Francisco León, resultados del monitoreo sísmico y volcánico del volcán “El Chichón”, conocido también como “El Chichonal”, en el marco de los 40 años de explosión desde el 28 de marzo al 4 de abril de 1982 con siete fases eruptivas.
En la cabecera municipal de Chapultenango, Ramos Hernández explicó el riesgo permanente en el que viven unas 8 mil personas asentadas en comunidades alrededor del volcán, a quienes pidió conocer las rutas de evacuación y estar al pendiente del semáforo volcánico instalado en la presidencia municipal, debido a que se trata de un volcán activo.
También se realizó el ascenso al volcán El Chichón, se habló de las características de los productos arrojados por la erupción, la influencia en el paisaje, en los suelos, aspectos de la sucesión primaria ecológica que se observan, riesgos, entre los que destacan derrumbes por inestabilidad de laderas y desde lo alto se observó el espectacular cráter de más de mil 500 metros de diámetro, sus aguas azufradas.
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El coloso cuenta con una red de monitoreo sísmico y volcánico, al tratarse de un volcán activo podría producir una nueva erupción, por ello se toman muestras de las aguas termales y se analizan en colaboración con el Centro Nacional de Prevención de Desastres y el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, se trata de identificar cambios que pudieran alertar una nueva erupción, expuso Ramos Hernández.
El volcán se localiza a mil 100 metros sobre el nivel del mar, el área dañada por la explosión es de más de diez kilómetros de radio a partir del cráter, los zoques tuvieron pocas rutas de evacuación durante la explosión, miles quedaran atrapados bajo cenizas de la segunda y la tercera erupción, muchos perdieron familiares, bienes, se perdieron cultivos de maíz, frijol, café, aves y ganado.
La presencia de pueblos indígenas zoques en áreas alrededor de El Chichón obedece a un proceso histórico de colonización de zonas de riesgo, la erupción representó un cambio drástico y violento en la vida cotidiana de los pueblos, generó rupturas territoriales, sin embargo, las poblaciones han normalizado su vida y saben que conviven permanentemente con el riesgo.