En el corazón de Tuxtla Gutiérrez, en el Andador San Roque, la Casa de Las Artesanías D' Mary ofrece todos los elementos que componen el traje de los parachicos y las chiapanecas. La propietaria, doña María Luisa Reyes, atiende personalmente a los visitantes, ofreciendo máscaras talladas en madera de cedro y guanacastle, monteras de ixtle, sarapes, chalinas y demás ornamentos a precios que van desde los 300 hasta los 2 mil pesos.
A pesar de la importancia cultural de estos atuendos, Reyes señala que la demanda ha disminuido en los últimos años. La crisis económica y los efectos continuos de la pandemia han impactado la capacidad de la comunidad para participar plenamente en las festividades. Sin embargo, la artesana destaca que algunos clientes optan por el sistema de apartado, permitiéndoles adquirir estas piezas con el tiempo.
Los parachicos, danzantes tradicionales, rinden homenaje a los santos en la Fiesta Grande, con sones que evocan rituales de fertilidad y representaciones simbólicas del sol. La danza, una ofrenda colectiva, recorre las calles del pueblo, visitando templos y hogares. El barrio San Antonio Abad sirve como punto de partida para la bulla, donde los danzantes se congregan con sus máscaras, monteras, sarapes y chales bordados.
El traje de chiapaneca, igualmente elaborado y colorido, resalta la elegancia de la mujer que lo porta, con blusas de satín, vuelos de tul y collares de colores. A pesar de la baja demanda, la persistencia de esta tradición refleja la importancia de preservar la identidad cultural y resistir las adversidades.
Así, la Fiesta Grande de Enero en Chiapa de Corzo se erige como un faro de tradición, color y resistencia cultural, recordándonos la importancia de mantener viva la riqueza de nuestro patrimonio.
¡Recibe las noticias a tu WhatsApp! Regístranos y manda la palabra ALTA ⬇️