Chiapas mantiene inactivos dos de sus puertos fronterizos en el sur de la entidad. Se trata del paso formal situado en la comunidad de Talismán, donde sólo unos cuantos elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) mantienen guardias en la caseta de inspección, lo mismo ocurre con elementos de Aduanas de México.
En el paso fronterizo con Guatemala, se ha mantenido desierto desde que Guatemala cerró sus fronteras con México debido a la situación por la pandemia del coronavirus.
Mientras tanto, abajo del puente que divide a ambos países, sólo dos balsas operan son mucho éxito ante la poca fluidez de personas que buscan cruzar hacia el lado chiapaneco y viceversa. El mayor flujo de personas se nota en horas de la tarde, cuando trabajadores retornan a sus comunidades tras realizar tareas de limpieza doméstica o en cultivos en municipios de la región Soconusco.
La presencia de militares también es escasa. Únicamente un vehículo militar que llega a la zona de estaciona y de este descienden uniformados para echar un ojo a los caminos que por años han servido como pasos informales de personas y mercancías.
A esto se suma que pobladores de la pequeña comunidad perteneciente al municipio de Tuxtla Chico, se han atrincherado para evitar el ingreso de personas ajenas, por ello en la intersección de la carretera que lleva a Cacahoatán han montado palpa y piedras para impedir el acceso.
Para Norma Calderón, comerciante del lugar, la situación comercial formal e informal se ha caído. Las ventas están por los suelos ante la nula actividad de personas que viajan de un país a otro por cuestiones de compra.
“Los chapines han dejado de venir a Chiapas, antes eran filas de carro queriendo entrar para ir a comprar a Tapachula, ahora no se ve nada porque ellos allá tienen muchas restricciones, lo mismo ocurre por debajo del río con el contrabando”, opinó.
En Ciudad Hidalgo, el otro punto fronterizo localizado a unos 45 kilómetros de Talismán, el río Suchiate recobra vida con el paso de cámaras en las que viajan algunas personas, aunque muy pocas a comparación de otros años.
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Los accesos al puente Rodolfo Robles permanecen cerrados y cumplen ya dos meses y cinco días en esta situación.
La actividad no está parada por completo, pero sí lacerada por la situación del Covid 19.
Hace un mes, los balseros decidieron parar el trasiego de mercancías y personas en sus balsas improvisadas, pero hoy lo único que aumenta es el caudal del centinela que vigila esta frontera, mientras muchos siguen a la espera que sus cupos de 10 personas viaje se cumplan.
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