El pueblo de Copoya, habitado mayoritariamente por descendientes zoques, se encuentra en plena celebración de la festividad de la Virgen del Rosario. Ubicado en el Cerro Mactumactzá, al sur de Tuxtla Gutiérrez, este pueblo se llena de color, música y devoción mientras honra a su patrona.
Las festividades tienen lugar en el Templo de la Virgen de Candelaria, una de las 23 parroquias de Tuxtla Gutiérrez. Los fieles católicos se congregan en este lugar, donde se cuida con esmero a las imágenes que lucen vestimenta de color azul en el altar.
El día principal de la celebración de la Virgen del Rosario es el sábado 7 de octubre, y los rituales y actividades están en pleno apogeo. Los habitantes de Copoya adornan el santuario con ramos de rosas, girasoles, dalias, palmas y una variedad de flores de colores que destacan en el altar. Cuatro candelabros y diez veladoras acompañan las flores, mientras que en la nave principal se disponen somes (tapetes) con trastes y frutas.
Uno de los integrantes del equipo de Festejo, Abel Velázquez Escobar, explicó que esta festividad es del pueblo y reúne a la comunidad en un espíritu de unidad y devoción. La mayoría de los visitantes dejan sus ofrendas florales a los pies de las imágenes de la Virgen.
Las imágenes de la Virgen del Rosario recorrieron un convento franciscano y doce capillas que forman parte del territorio parroquial de Nuestra Señora de Candelaria en los ejidos de Copoya, El Jobo, San Vicente, 6 de Junio y Piedra Santa. El sábado culmina la festividad con la coronación de la Virgen del Rosario.
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A partir de las seis de la tarde, se realiza el rezo del Rosario, seguido por la celebración de la misa a las siete de la noche. Durante la festividad, se lanzan cohetes, se entonan alabanzas y las familias llevan sus ofrendas, incluyendo café con pan. En el atrio del templo, los dulces de jocote, chilacayote, nuegados, bolonas, empanizado de cacahuate, chimbo, esquites y otros manjares preparados por las mujeres de Copoya se convierten en una atracción para los asistentes.
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La festividad de la Virgen del Rosario en Copoya es una muestra de la riqueza cultural y religiosa de la región, donde la fe y la tradición se entrelazan en una celebración llena de color y alegría.