Durante las vacaciones de Semana Santa, muchos turistas eligen escapar de la rutina y explorar destinos fuera de lo común. Si bien las playas de México son una opción popular, el turismo religioso también atrae a aquellos que buscan una experiencia espiritual única. En este sentido, el municipio de San Juan Chamula se destaca como un destino incomparable, donde la Semana Santa se vive de manera peculiar y llena de tradiciones arraigadas en la cultura maya.
A diferencia de las celebraciones católicas convencionales, en San Juan Chamula la Semana Santa se caracteriza por un profundo sincretismo religioso, donde coexisten tradiciones ancestrales y elementos del catolicismo. Esta fusión da lugar a una festividad única que atrae a miles de personas a la plaza central del pueblo, donde se encuentra la Iglesia San Juan Bautista, epicentro de las ceremonias organizadas por las autoridades chamulas, prescindiendo de la intervención de la Iglesia católica.
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Entre las actividades más destacadas se encuentran las procesiones, donde los participantes recorren diversos puntos del municipio, la quema de judas, que simboliza la traición de Judas Iscariote, y el sacrificio de gallos, considerado una ofrenda a los dioses. Además, se llevan a cabo ofrendas de frutas, licor y tortillas de colores en la Iglesia de San Sebastián, una de las tres iglesias presentes en el poblado.
Entre las particularidades de esta festividad se encuentra el uso de la bebida Coca Cola como parte de las ofrendas, ya que se cree que provoca eructos que ayudan a purificar el alma, según la cosmovisión chamula. Asimismo, la elaboración de la cruz para estas fechas es realizada por los propios indígenas, quienes seleccionan el pino más adecuado y muestran respeto hacia la naturaleza pidiendo perdón antes de talarlo.
El momento de la crucifixión es uno de los más solemnes, donde los habitantes de San Juan Chamula se acercan a la cruz de pino con cirios encendidos para reflexionar y conectar con sus tradiciones ancestrales. Esta práctica es liderada principalmente por las autoridades del pueblo, marcando un momento de profunda espiritualidad y respeto por sus raíces culturales.