Tuxtla Gutiérrez.- Chiapas es una de las entidades federativas con mayor riqueza en flora y fauna en México, pero el crecimiento desmedido de la población y el cambio de uso de suelo en áreas verdes están generando graves consecuencias en el medio ambiente. Uno de los principales problemas es la formación de "islas de calor" en la región Metropolitana de Tuxtla Gutiérrez.
Según el investigador Williams Vázquez Morales, del Instituto de Investigación en Gestión de Riesgos y Cambio Climático de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), estos fenómenos se deben a la urbanización acelerada en la capital chiapaneca y la disminución de las áreas verdes.
"Estamos estudiando las consecuencias y la magnitud de las islas de calor en Tuxtla Gutiérrez, utilizando modelos meteorológicos", dijo el investigador.
Vázquez Morales destacó que, en proyectos realizados desde 2014 en temporada seca, se ha registrado una temperatura de hasta 42 grados en la zona más densamente poblada de la capital, mientras que en la periferia, donde hay más vegetación, la temperatura es más baja. "Esto tiene graves consecuencias en la calidad de vida de los habitantes y en la flora y fauna de la zona", advirtió el experto.
La deforestación y la urbanización desordenada en Chiapas están generando graves consecuencias en el medio ambiente, por lo que se hace necesario tomar medidas para proteger los ecosistemas naturales y garantizar una mejor calidad de vida para los habitantes de la región.
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Las Islas de Calor Urbanas (ICU) son un fenómeno que ha ido en aumento en las últimas décadas en las ciudades del mundo. Según la Conacyt, existen dos tipos de ICU: la superficial y la atmosférica.
La isla de calor superficial se refiere a la diferencia de temperatura entre las superficies urbanas como pavimentos y azoteas de edificios con respecto a las zonas rurales cercanas a la ciudad. Por otro lado, la isla de calor atmosférica indica las diferencias térmicas entre el aire de las zonas urbanas y rurales.
Múltiples estudios sugieren que aumentar las áreas verdes en las zonas urbanas ayuda a disipar el exceso de calor retenido por las superficies de concreto y asfalto. Sin embargo, en las grandes ciudades, estas áreas verdes tienden a disminuir.
Ante este panorama, expertos en gestión de riesgos y cambio climático de diversas instituciones proponen la conservación y protección de las áreas urbanas verdes y la implementación de programas de reforestación de camellones y banquetas, con el fin de reducir la intensidad de las islas de calor urbanas.
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