Celebración de Día de Muertos en Chiapa de Corzo

Durante el Día de Muertos, el panteón municipal se llenó de color y tradición, recibiendo a familias que honraron a sus seres queridos

Ángel Canseco / El Heraldo de Chiapas

  · sábado 2 de noviembre de 2024

Las familias llegaron al camposanto con flores, velas y alimentos, honrando la memoria de sus seres queridos / Foto: Ángel Canseco / El Heraldo de Chiapas

El panteón municipal de Chiapa de Corzo se llenó de color, aroma y tradición durante la festividad del Día de Muertos. Desde tempranas horas, familias de la región llegaron al camposanto con flores, velas y alimentos, honrando la memoria de sus seres queridos en una de las celebraciones más significativas de la cultura mexicana.

Las tumbas se vistieron con cempasúchil, la flor tradicional de esta fecha, cuyo intenso color naranja ilumina los rincones del panteón, marcando el camino para que las almas visiten a sus familiares. Entre rezos y música de marimba, se escuchaban historias que los asistentes compartían sobre sus seres queridos, fortaleciendo la memoria y el vínculo familiar.

Entre rezos y música de marimba o cantando fueron recordados sus seres fallecidos / Foto: Ángel Canseco / El Heraldo de Chiapas

Cabe destacar que la afluencia en esto panteones aumenta durante la tarde del día primero de noviembre, ya que muchas familias acostumbran a acompañar las tumbas de sus seres queridos durante la noche. La festividad continúa hasta el medio día del día 2 de noviembre, momento en que muchos familiares comienzan a retornar a sus hogares.

Las tumbas se vistieron con cempasúchil, la flor tradicional de esta fecha / Foto: Ángel Canseco / El Heraldo de Chiapas


Doña Rafaela acudió al panteón en compañía de su hija para visitar a su esposo con quien vivió 46 años. Ella se da cita desde el 1 de noviembre para llevarle flores a la tumba de su esposo y convivir con sus seres queridos, honrando la memoria de su esposo. "Es un día de recuerdos y de mantener viva la tradición", dijo mientras un ramo de flores en la tumba de un familiar.

El panteón se convirtió también en un espacio de convivencia, donde la comida típica se compartían entre los asistentes. Además, los asistentes alegraban el rato con música, utilizando instrumentos tradicionales y quemando fuegos artificiales.