En Zinacantán, la agricultura tradicional se ha visto afectada por los cambios climáticos como las heladas y la sequía, golpeando a decenas de productores, quienes registran pérdidas importantes.
En esta zona tzotzil de Chiapas, basan la producción en la asociación en el cultivo de plantas como frijol y calabaza, a su vez integran plantas de crecimiento natural como la hierba mora, cilantro y rábano. Este sistema permite a las familias campesinas del lugar obtener diversidad de cultivos para el autoconsumo y el alimento de sus animales.
Cabe destacar que por las condiciones fisiográficas del lugar y el desabasto de alimentos para los animales, aquí no se usa la fuerza de tracción en el campo como el arado y surcado, todo es manual.
Pedro es habitante de esta zona de Zinacantán, del paraje denominado San Nicolás, donde por más de 15 años se ha dedicado al cultivo de rábano y cilantro, pero ante el cambio climático comenta que las heladas han afectado sus cultivos.
Sí, la helada nos afectó mucho. Se echaron a perder las plantas, se quemó todo
Ante la pérdida generada por las bajas temperaturas, dijo que tuvieron que volver a preparar la tierra para sembrar, posteriormente, tienen que esperar 45 días para que vuelva a crecer la verdura. Ellos como campesinos, miden los terrenos por parcelas, en donde a cada una, si les va bien, logran obtener hasta 32 cajas de rábanos, equivalente a 100 manojos.
"El cilantro no se afectó tanto, lo único fue el rábano y la lechuga", abundó.
Éstos cultivos son el sustento de muchas familias del paraje, pues casi el 80 por ciento de los pobladores se dedican a cultivar verduras, frutas o flores. “Este producto se va a Tuxtla, aquí vienen los compradores por Nachig o Navenchauc, cada tarde vienen a recogerlo, así es como estamos”, dijo el productor de la zona Altos de Chiapas.
La tarea o corte de verduras la realizan desde muy temprano, donde acuden por familias dependiendo del tamaño de las parcelas, van a cortar la verdura, la lavan y las ponen en rejas, para que por las tardes las lleguen a traer los comerciantes de la capital chiapaneca.
El rábano es el principal cultivo de los habitantes, asegura Pedro, aunque también cultivan verduras como la acelga o el betabel.
La falta de agua una afectación
En San Nicolás, la sequía también les ha empezado a pegar a los productores, pues en esta zona, aunque cuentan con un pozo, el nivel es bajo y auguran pueda disminuir y recrudecer aún más la situación de la falta de agua.
"Este mes tal vez padezcamos, y pues tal vez tengamos que comprar pipas. La pipa de 3 mil litros nos cuesta 250 pesos", mencionó.
Pese a la situación de falta de agua, ellos no le suben el precio al producto, ya que de hacerlo dicen que no venden su verdura, por lo que pueden quedarse sin el sustento,
Si no trabajas no hay para la comida, pero si trabajas, hay para la comida
finalizó Pedro
El uso de aguas residuales
De acuerdo con el ingeniero Jahir Hidalgo, de la Asociación Mexicana de Evaluadores de la Normatividad (AMENAC) y el Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (SENASICA), una alternativa a la falta de agua son las aguas residuales que puede aportar nutrientes que mejoran la fertilidad del suelo por su alto contenido de material orgánico, sin embargo, si esta no se trata bien puede causar problemas al suelo por el alto contenido de sales y metales pesados que tiene.
"Por otra parte, la presencia de microorganismos coliformes y salmonella, entre otros, pueden causar problemas a la salud", dijo el ingeniero quien afirmó que en un huerto orgánico no se emplean pesticidas o antibióticos que pueden dañar cuerpos acuíferos, intoxicar animales y personas.
Aseveró que un producto orgánico como ventaja aporta más nutrientes, tiene mejor sabor y son libres de cancerígenos, además, a estos productos se les puede aumentar el precio más fácil.
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