En Chiapas, el tascalate es una bebida prehispánica que se ha mantenido como una tradición en la región durante siglos. Se caracteriza por sabor y aroma únicos que lo convierten en un producto que resalta en la gastronomía de la zona Altos de Chiapas y sobre todo en la Costa, como Tapachula. Es consumida tanto fría como caliente en diferentes momentos del día.
Según registros históricos, el tascalate ha sido parte de la cultura chiapaneca desde 1566, cuando el obispo Diego de Landa hizo referencia a su consumo entre los indígenas de la región. En aquel entonces, esta bebida tenía propiedades religiosas.
Te puede interesar: Tamal de chipilín, platillo ancestral que se mantiene en la gastronomía chiapaneca
A pesar de la llegada de los colonizadores españoles, el consumo de tascalate no se detuvo y se adaptó a los nuevos ingredientes disponibles en la región. Actualmente, el tascalate se prepara con maíz tostado, achiote, chile cacao, azúcar, piñones y canela, lo que le da un sabor delicioso. Los ingredientes deben pasarse por el comal, una vez hecho esto se muelen finamente hasta obtener el polvo rojizo listo para mezclarse en agua o leche.
Además de su delicioso sabor, el tascalate también tiene propiedades nutricionales que lo hacen una bebida saludable. Debido a su contenido de cacao, esta bebida mejora el flujo sanguíneo en el cerebro, lo que ayuda a mejorar la memoria y la capacidad de concentración y cognición.
El tascalate también es rico en antioxidantes, lo que ayuda a retardar el proceso de envejecimiento celular y a mantener una piel saludable. Además, su preparación con ingredientes naturales, como el piloncillo en lugar de azúcar refinada, lo convierte en una bebida nutritiva y energizante.