En la comunidad de descendientes zoques de Copoya en Tuxtla Gutiérrez, repican las campanas del templo Nuestra Señora de Candelaria, esto en señal de bienvenida a las almas, los pobladores rememoran el que los muertos van a la tumba mientras que el espíritu vuelve a sus orígenes, de dónde dicen, regresan a casa este 1 y 2 de noviembre, día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos, cuentan descendientes zoques.
Desde la plaza central de esa localidad se dispersa el sonido de una de las dos campanas del templo principal, es la campana más grande, es la que se repica para el llamado a misa, desde las doce del día del 1 de noviembre se organizan las personas, cada una durante media hora de manera ininterrumpida se encarga de tocarlas, en espacios de dos a tres segundos entre un repique y otro.
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La explicación es la bienvenida de las almas, dicen que el día 1 son los menores de edad los que vuelven a casa, por eso sus hogares deberán adornar sus altares y colocar flores, frutas y otros alimentos, mientras que el día 2, cuentan los pobladores de Copoya, regresan las almas de los adultos, por ello en los altares en sus hogares han de colocar también vinos, puede ser un licor preparado en forma casera.
Dan cuenta del pasaje bíblico Eclesiastés 12, 7, que revela que los que pierden la vida van a la tumba, pero su espíritu regresa a sus orígenes, y por ello, creen que en estas festividades, vuelven a casa, y es que la mayoría de los hogares de descendientes zoques de ese pueblo adornan sus altares, colocan fotografías, flores, dulces de calabaza, nuegado, cacahuate, caña, frutas como manzanas, tamales, preferentemente de mole.
Nuestra Señora de Candelaria, es uno de los seis templos de la Iglesia Católica de Copoya, los otros son Nuestra Señora de la Asunción, Divino Señor del Pozo, Nuestra Señora de Guadalupe, Santa Cruz y San Valentín, son seis de los once que pertenecen a la parroquia Nuestra Señora de Candelaria, es una de las 23 parroquias de la capital pertenecientes a la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, una de las 76 de la Arquidiócesis.
El pueblo se organiza para repicar las campanas, concluyen a las seis de la tarde, tanto el día 1 de noviembre y el 2 de noviembre a partir de las 12 del día, la finalidad es darle la bienvenida a las almas, cuenta los habitantes, dejan de repicar las campanas cuando dicen que las almas se han vuelto al lugar que les corresponde.