La Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, un evento emblemático que celebra tradiciones ancestrales, coloca en el centro de atención a las monteras, un componente crucial en el atuendo de los famosos parachicos. Estas particulares piezas tienen su origen en el maguey, cuya elaboración comienza con el raspado de esta planta para obtener el ixtle, siendo el ixte proveniente de Chiapas reconocido por su tono más blanco en comparación con el obtenido de Soyaló, el cual se trabaja meticulosamente para dar forma a las monteras.
Los artesanos de Chiapa de Corzo han ganado reconocimiento local por su destreza en la creación de estas monteras. Marcos Sánchez, uno de los artesanos dedicados a esta labor, señala la importancia de esta pieza para los parachicos. La meticulosa elaboración de una montera lleva entre 3 a 4 días de arduo trabajo, iniciando con la confección de la red en ollas de barro, también hechas por artesanas locales. Esta red de ixtle es la base sobre la cual se montan las palmas de ixtle, recortadas uniformemente para dar forma circular a la montera.
Sánchez, orgulloso de su labor artesanal, participa activamente en el recorrido de los parachicos, aunque su trabajo para este año concluirá el 19 de enero, ya que los días 20 y 23 se llevará a cabo la festividad de los parachicos en la iglesia de San Sebastián.
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El proceso de creación de las monteras comienza en octubre, ya que el ixtle utilizado tiende a cambiar de color con el tiempo. En un año, Marcos Sánchez puede producir entre 15 a 20 monteras, que atraen incluso a compradores de otros estados que visitan Chiapa de Corzo específicamente para adquirir estas emblemáticas piezas.
Ignacio Chanona, maestro de Sánchez, fue quien le transmitió el arte de crear las monteras. Comenzando su aprendizaje a los 11 años, hoy en día, Marcos Sánchez se encuentra ubicado en la calle Doctor Belisario Domínguez entre Rayón y Allende en Chiapa de Corzo, dando vida a estas importantes piezas que complementan las máscaras de parachico.
Las monteras son consideradas el complemento ideal para los atuendos de los parachicos, y su valor asciende a los 3mil pesos, convirtiéndolas en piezas codiciadas por su valor artesanal y cultural.