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Activistas y ciudadanos de Tapachula iniciaron una colecta de juguetes para niños y niñas migrantes que permanecen varados junto a sus padres en la frontera sur, principalmente en Tapachula.
Al respecto, Alba Gómez Arreola, una de las coordinadoras, señaló que esta colecta se realiza ya en dos domicilios ubicados sobre la 8ª Avenida Sur, sin embargo, es necesario comunicarse con las organizadoras que por motivos de seguridad han decidido que sea a través de sus contactos como se pongan de acuerdo para poder hacer la entrega de estos utensilios infantiles.
Estamos recaudando juguetes de segunda mano en buenas condiciones
Alba Gómez Arreola, coordinadora
“Estamos recaudando juguetes de segunda mano en buenas condiciones, tales como peluches, muñecas, carritos, cualquier juguete en buen estado. También estamos pidiendo dulces, paletas y chocolates”, señaló.
Dijo que se planea entregar un juguete y una bolsita de dulces por niño o niña, y en caso de que sobren serán entregados a través de una caminata que se realizará en la zona centro de Tapachula.
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“El tema migrante nos debería involucrar a todos como ciudadanos tapachultecos. No podemos ser ciegos ante la situación tan evidente en la ciudad. Tenemos que extender la mano para ayudar y hacer sentir como en casa a nuestros hermanos migrantes. En algún punto, yo, tu, todos hemos sido migrantes y nuestros antecesores también lo fueron”, puntualizó.
“Criticar a los gobernantes y países debería pasar a segundo plano en estos tiempos, es tiempo de ayudar, de brindar apoyo, dar un poco de lo que tenemos.
Gómez Arreola expuso que las personas interesadas en brindar algún tipo de ayuda a los menores migrantes, pueden comunicarse vía Facebook a través de la cuenta Alba GA o al teléfono particular 962 196 7873, donde también serán atendidos e informados por su madre, Patricia Arreola.
Actualmente, se estima que en Tapachula permanecen varados unos tres mil niños acompañados de sus padres, según datos que revelaron activistas en la frontera sur. La mayoría está vulnerables a las condiciones climáticas que prevalecen en la región, como las altas temperaturas y lluvias, que les afectan por no tener un techo donde dormir.
La mayoría de los menores de edad viajan hasta esta frontera sur en condiciones deplorables, sin muchos alimentos y a merced de limosnas que sus tutores pueden recoger de la caridad en la calle.