Ocozocoautla.- La Ermita de San Bernabé, una de las más antiguas de este municipio, volvió a abrir sus puertas para la celebración de una boda, en un hecho que no ocurría desde hace mucho tiempo. Incluso los lugareños ni siquiera recuerdan si alguien antes se habían casado en ese lugar.
Es preciso resaltar que esta ciudad está rodeada de diversas iglesias que a su vez formaron los barrios que conforman este poblado, sin embargo las celebraciones de mayor tradición del catolicismo lo festejan en la iglesia de la Parroquia de San Juan Bautista, que es la que se ubica en el centro de esta ciudad.
Asimismo se ha dado paso a otras celebraciones de primera comunión, bodas, xv años, bautizos y demás festejos en las iglesias de Santísima Trinidad, de Guadalupe y San Antonio, dejando un poco de lado a otras Ermitas.
Por ello el acontecimiento de una boda en la iglesia de San Bernabé fue toda una sensación, pues hacía mucho tiempo que no se realizará una ceremonia de esta importancia.
Los novios Jesús Alejandro Hernández de la Cruz y Yorleni Grisel Castellanos Galdámez pudieron pactar su amor en este templo, tras siete años de relación, en un hecho que se volvió anecdótico e incluso histórico, por haber sido ellos con sus familiares quienes se permitieron celebrar la Misa de su enlace en esta iglesia de San Bernabé.
Las campanas de esta iglesia volvieron a sonar y con ello se vio la entrada de la Novia, quien portaba un elegante vestido blanco, siendo recibida en la puerta, arribando en compañía de sus padres.
Al pie del altar se encontraba su pareja, quien al ver a su amada mostró la sonrisa de emoción, de un novio enamorado, en el cual el nerviosismo normal de un evento así, hizo más emotivo el encuentro.
La pequeña iglesia tuvo vida por largos minutos, en donde los mensajes del padre prosperando el amor, hicieron meya en varios de los asistentes, quienes se mostraron conmovidos por cada palabra.
El momento cumbre llegó, con el padre dando por concluida la celebración, contento de haber logrado la unión matrimonial y que puso a los invitados a aplaudir y abrazar a los recién casados.
La iglesia de San Bernabé fue sede de una boda, en un hecho del cual se sabe que puede ser la primera que se celebra en mucho tiempo en este lugar, pues no existen datos de que ya se hubiera casado alguien más en este sitio.
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Pero las sorpresas no faltaron, pues como marcaba antes la tradición, los novios pasearon por la calle para lucir que se habían casado, caminando por la zona centro, presumiendo su pacto en compañía de sus seres queridos y al ritmo del mariachi, por lo que no faltó quien aplaudió durante su andar, además de mostrarse emocionados por esta boda.
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