Uno de los danzantes de la mayordomía zoque de Tuxtla Gutiérrez, Don Ramiro Pérez Hernández, es despedido como vivió, con fiesta tradicional, en el barrio San Francisco de la capital, a los 65 años de edad parte a la casa del Padre, se cuelgan la naguilla y huipil.
Don Ramiro, participaba de la danza Suyuetzé, es decir, el baile de las viejas, usando una vistosa naguilla que cubría hasta los pies, así como huipil, danzó para la virgen de Copoya de la mayordomía zoque, bailó más de 30 años.
Puedes leer: Dan último adiós a Raphael Tunesi, empresario italiano asesinado en Chiapas
Fue a dos cuadras de su domicilio donde se congregaron los danzantes, ¡Viva don Ramiro! Los gritos de los bailarines. ¡Viva don Ramiro! Respondían familiares, amigos, ve unos y conocidos.
La danza con la que despidieron al maestro siempre se iniciaba tres días antes del miércoles de ceniza, las viejas danzan en sentido contrario a las manecillas del reloj, bajo los sones del carnaval que entonados por por maestros piteros y tamboreros.
Ahí en su casa, junto a su ataúd, estaban las viejas, sus compañeras y compañeros, hermanas y hermanos con su naguilla y huipil, la danza se realiza para celebrar a la Virgen de la Candelaria, hoy por última vez le bailaron al maestro que se va, que deja un espacio en la mayordomía, ahí los recibió su madre, doña Hermelinda Hernández.
Junto con las viejas está el napapóc etzé, el danzante de la pluma de guacamaya, su vestuario consiste en un vistoso penacho que simula el resplandor del sol, es semejanza del sol, calzoncillo blanco, calzoncillo rojo, medias rojas, coto payou, garlito, centro del carnaval, el pitillo de carrizo, el cotón blanco, dos paliacates, uno en la cabeza y el otro paliacate en el puño izquierdo, además de la banda roja a la cintura. La danza del carnaval está dedicada al sol, intervienen dos elementos, la mujer y el varón.
Bailar en la despedida de Don Ramiro, es una oportunidad de agradecer al Dios creador, el que haya permitido al maestro ser parte de la fiesta, de la alegría, del festejo, de la bulla del carnaval, contó uno de los elementos de la mayordomía zoque de Tuxtla Gutiérrez.