Hay factores iguales o más importantes que el costo que influyen en que la gente obtenga un incipiente hábito de la lectura de los libros, según la Asociación de Libreros del Estado de Chiapas (Alech), a propósito de la propuesta del nuevo gobierno federal que incluye la depreciación de ese producto para fomentar la lectura.
El presidente del gremio, Julio César Sánchez Esquinca, dijo que de acuerdo con un estudio, en México únicamente 17 por ciento de las personas pretextan la tarifa para no comprar una obra literaria, mientras que la falta de tiempo para leer sumó el 49 por ciento de las menciones.
Bajar el importe del material bibliográfico será una medida con resultados positivos siempre y cuando que los libros depreciados estén relacionados con temáticas que agradan a la juventud, como sagas o historias de amor. “Si abaratas libros, pero enfocados a sociología, antropología o cosas que son más complicadas para los jóvenes pues se va a segmentar más”, afirmó.
Aseveró que las nuevas autoridades también deben tomar en cuenta que si las obras literarias son caras es por la ley de la oferta y la demanda, no por decisión del vendedor final. Además, hay varios aspectos que no dependen del librero, como la cotización de los insumos, los derechos de autor, el embalaje y la logística inherente a todo material bibliográfico. Los incentivos son la única forma en que los libreros pueden “meter mano” en el poco margen de maniobra que tienen.
Recordemos que desde hace tiempo existe la ley del precio único del libro, que en la práctica es letra muerta por falta de una institución que vigile la aplicación de ese marco jurídico. “¿Cómo puedo saber si en Tijuana o aquí en el mismo Chiapas respetamos el precio único? No hay. Queda muy ambiguo, muy al aire (…) Mientras no exista esa situación ahí tenemos ese problemita”, criticó.
Para el líder local de la Asociación de Egresados del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, aprovechar los medios digitales será una acción más efectiva para promover la lectura de obras literarias que sólo apostar a la disminución de los costos. Posteriormente podría apostarse por la inauguración de más librerías.
De cualquier forma, México gana con el sólo hecho de que las nuevas autoridades hayan puesto el desarrollo de la lectura como un tema de su agenda desde el inicio del sexenio, puntualizó.
La Alech informó que de acuerdo con los últimos estudios en el país una persona lee en promedio 3.3 libros al año, mientras que en Chiapas la media es de 0.8 en el mismo periodo de tiempo.
Si las obras literarias son caras es por la ley de la oferta y la demanda, no por decisión del vendedor final. Además, hay varios aspectos que no dependen del librero, como la cotización de los insumos, los derechos de autor, el embalaje y toda la logística inherente a todo material bibliográfico.