Los migrantes venezolanos instalados en el Parque Santo Domingo de Guzmán en Tuxtla Gutiérrez agradecen la hospitalidad de la población. Gabriel Cardona comenta que la gente los ha tratado bien. Él llegó con su familia hace menos de un mes y dice que están bien, aunque duermen en el piso de la plaza, donde han colocado colchas y almohadas.
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Se protegen de la lluvia con carpas y casas de campaña en las banquetas. “El gobierno de México nos ayudaría mejor si nos dejara subir hacia la Ciudad de México y hacia la frontera norte sin devoluciones”, indica el migrante.
“Estamos trabajando en Tuxtla Gutiérrez unos días más para conseguir unos pesos más y poder avanzar hacia la ruta de la frontera entre México y Estados Unidos”, añade Erick Cardona, también de Venezuela, quien asegura que salieron de su país hace tres meses y han estado caminando desde el 28 de junio.
Por su parte, Jorge Luis Flores cuenta que salió hace cinco meses de su país y viaja solo, confiando en Dios como su protector y guía. Su familia le pide que siga adelante. Su objetivo es llegar a Estados Unidos, permanecer un tiempo allí y luego cruzar a Canadá, y posteriormente a otras naciones hasta llegar a Israel. Agradece la empatía que ha recibido, mencionando que hay quienes los han tratado bien y otros mal, incluso algunos han deseado su muerte en Chiapas.
“México es un país importante, una puerta de entrada y salida. Se necesitan comedores para migrantes y baños públicos. En Tuxtla Gutiérrez llevo más de un mes y pido que el gobierno de México nos deje pasar. Lamentablemente, nos han retirado. Ojalá el Estado Mexicano nos ayude a cruzar; no queremos quedarnos en este país ni en Chiapas”, comenta.
Mientras tanto, Jaime Reyes Martínez, también venezolano, narra que estuvo en Piedras Negras, Coahuila, donde la policía y elementos del Instituto Nacional de Migración lo regresaron a Villahermosa, Tabasco. Ahora se encuentra en Tuxtla Gutiérrez, deseando seguir hacia la Ciudad de México y luego a la frontera norte. Denuncia que el viernes pasado, en la plaza central de Tuxtla Gutiérrez, dos policías municipales le quitaron 2,250 pesos, le despojaron de tres celulares y lo amenazaron con llevarlo a la penitenciaría de La Popular, al sur de la capital chiapaneca. Asegura que las cámaras del Sistema Estatal de Seguridad Pública tienen las evidencias del despojo. Desde que salió hace dos meses de su país, ha gastado más de 70,000 pesos y ahora no tiene el dinero que le quedaba, pidiendo castigo para los policías ladrones.
Por su parte, Jorman Alexander expresa su deseo de llegar a Estados Unidos. Salió de Venezuela a principios de agosto y viaja solo. Agradece que la gente en Tuxtla Gutiérrez lo ha tratado bien y ha encontrado apoyo con comida y dinero. Desearía conseguir trabajo para generar recursos que le permitan viajar a la Ciudad de México y luego a la frontera norte, y ha solicitado documentos al gobierno estadounidense.
Finalmente, José Gregorio Escalante viaja con su esposa, dos hijos de 8 y 5 años, y uno más que viene en camino. Han salido de Venezuela hace cuatro meses con la intención de llegar a Estados Unidos. Solo trabajan para la comida, y los gastos son altos. La complicación es que su esposa, Ariadne Rojas, está embarazada, tiene dolores y malestares. “No es fácil caminar en este estado”, dice, y añade que no duerme bien ni puede alimentarse adecuadamente.
Frente al Comedor Comunitario Santo Domingo de Guzmán, hacen fila para recibir un plato de comida, atendidos por católicos de la parroquia de San Roque y San Bartolomé, así como de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, a quienes agradecen la atención. A veces solo tienen que pagar cinco pesos o incluso nada.
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