Durante la primera parte de las vacaciones de Semana Santa, los centros ecoturísticos afiliados a la Alianza de Empresarios Turísticos del Sector Naturaleza del estado registraron una caída en la ocupación hotelera de hasta 30 por ciento. Antes en esa temporada, el flujo de paseantes era de dos semanas, ahora sólo duró cuatro o cinco días.
El presidente del gremio, Pablo César Albores León, dijo que los destinos más afectados fueron algunos cercanos a los Lagos de Montebello, Las Guacamayas y los próximos a la zona de Lacanjá Chansayab.
Los problemas de seguridad pasados y presentes, la falta de competitividad de la industria turística local, los recortes a los apoyos destinados al turismo rural y hasta la llegada masiva de las caravanas de migrantes fueron determinantes en ese resultado. Las más perjudicadas fueron las personas que viven de esa actividad, porque al haber menos pernocta hubo menos gasto per cápita, lo que implicó pocos o nulos beneficios por alimentación, alojamiento, transportación, etcétera, afirmó.