Debido a los ajustes en las políticas públicas y situación económica, este año Chiapas requiere 18 mil 812 acciones de vivienda; representa una baja de 15 por ciento en comparación con el ejercicio anterior. A diferencia de otras ocasiones, ahora las soluciones de mejoramiento serán más solicitadas que las adquisiciones. La autoproducción quedará en tercer lugar, previó la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF).
Por medio de un estudio, la SHF estimó que en 2019 el estado necesita nueve mil 169 soluciones de mejoramiento, ocho mil 701 de compra y 942 de autoproducción, 30 por ciento más, 37 por ciento menos y 5.6 por ciento más, respectivamente, en los tres casos respecto al año pasado.
La demanda habitacional estará bajo el influjo de factores como la liberación del precio tope para adquirir inmuebles con créditos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) vigente desde 2017, recorte en el presupuesto para el subsidio, menor poder adquisitivo por la inflación, el limitado crecimiento de la economía del país, encarecimiento de las propiedades compradas por medio de préstamos hipotecarios e incrementos en la tasa de interés, detalló.
OFERTA DEPRIMIDA
El problema, de acuerdo con el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Promoción y Desarrollo de Vivienda (Canadevi) en la entidad, Jorge Burguete Torrestiana, es que en Tuxtla Gutiérrez –sitio en el que hay entre 40 mil y 50 mil personas con la oportunidad de pedir financiamiento hipotecario– se edifican menos de mil casas por ejercicio, cuatro o cinco veces menos en contraste con el potencial real.
En Chiapas la producción de viviendas nuevas muestra una tendencia descendente desde hace siete u ocho años. La situación es más acentuada en la capital del estado en donde la contracción fue casi el doble que el promedio estatal, afirmó.
Informó que hay cuatro factores determinantes en esa situación: el primero, el alza en el valor de insumos; el segundo, menos otorgamiento de créditos para hacerse de inmuebles o depreciación de éstos; el tercero, la falta de reserva territorial; el cuarto, la tramitología. En la entidad una empresa tarda hasta cuatro años desde que halla un espacio para edificar patrimonios y vender la primera.
En Tuxtla Gutiérrez las residencias nuevas deberían tener un costo menor a los 400 mil pesos. Sin embargo, bajo las actuales circunstancias eso es imposible. “Desafortunadamente la producción de vivienda nueva ha sido cada vez más incipiente. Venimos saliendo de uno de los peores, sino el peor año en producción de vivienda nueva, que fue 2017”, aseguró.
Para él, sólo la atención de esos cuatro rubros permitirá tener moradas a tarifas competitivas. En las nuevas autoridades gubernamentales hay voluntad para actuar al respecto, a pesar de los cambios en los subsidios.