Al Ayuntamiento capitalino, durante las últimas semanas –las más calurosas de lo que va del año-, se ha dedicado a derribar árboles y a desramar indiscriminadamente la poca vegetación que genera sombra. A pesar de que una temperatura mayor a los 40 grados puede ocasionar golpes de calor que podrían, incluso, matar a las personas que la padecen.

Pero el Ayuntamiento que encabeza Carlos Morales, ha instruido a su personal imagen urbana, podar una de las pocas líneas de árboles que se mantenían frondosas a la altura de la 11ª Poniente sur; desde las terrazas hasta el libramiento quedaron sólo algunos troncos, tanto en las banquetas como en el camellón.

Toda la energía gastada por estas actividades que probablemente podrían constituir un delito, pudo haberse aprovechado para sembrar árboles en otros puntos de la ciudad. Los programas de reforestación no han sido suficientes, es necesario que esas prácticas se refuercen y, además, incluir a la población.