Con 38 años de tradición en Tuxtla Gutiérrez, Ana María Sántiz Gómez se ha vuelto todo un personaje importante en el negocio ambulante, donde los esquites y elotes la han llevado a sacar adelante a 7 de 12 hijos que tuvo. En entrevista, Sántiz Gómez nos cuenta sus inicios de cómo el negocio hasta ahora sigue subsistiendo pese a las críticas.
Para Ana María, el pasar de los años no ha sido en vano, pues se ha tenido que acoplar a las nuevas herramientas de trabajo de un negocio. Anteriormente, antes de que se creara el parque Jardín de la Marimba, Sántiz Gómez buscaba escuelas para vender sus esquites, chicharrones, fruta y otras, por mencionar.
"Yo inicié la venta de elotes y esquites con una hoyita chiquita, y empecé a buscarle lugares para que avanzara mi negocio y me quedé en la López casi 9 años", contó Sántiz Gómez.
A decir de Doña "Mari Marimba", recorría las calles caminando con un traste y después como un triciclo, que le costó cerca de 75 mil pesos, siendo su primera herramienta de trabajo para moverse más fácil por la ciudad capital. Posteriormente, con la creación del parque Jardín de la Marimba en 1993, ella fue la primera en llegar a vender en el lugar.
María tuvo 12 hijos, de los cuales solo 7 sobrevivieron. Desde muy pequeños y cargándolos era como despachaba el negocio. De acuerdo con una de sus hijas, de nombre Selene Méndez, recuerda que a la edad de 10 años su madre la llevaba a vender esquites y elotes.
"Mi mamá ha sido un ejemplo para nosotros, en este negocio crecimos. Desde muy chicas aprendimos cómo despachar, atender a la gente; gracias a su ejemplo es que seguimos y todos dependemos de acá", comentó Selene.
Aún los consejos de su madre no terminan, pues a diario "Doña Mari" sigue inculcándoles el trabajo, ya que este negocio es completamente familiar, donde todos sus hijos han salido adelante. El único de sus yernos que tomó el mismo camino es Marcos Antonio Pinto Arrazola, quien, junto a su pareja Norma Méndez, hija de Ana María, también ya cuentan con un negocio independiente.
Marcos tiene 20 años de pertenecer a la familia y de constituir un negocio propio de elotes y esquites. Junto a Norma, ya llevan 7 años de estar en el parque de la Marimba y 5 años de haber vendido en el estadio Victor Manuel Reyna. Para Marcos ha sido un gran aprendizaje haber llegado a esta familia y, sobre todo, conocer a su suegra Ana María: "ha sido de gran enseñanza, además de superación personal, porque no necesitas estudios para lograr lo que ella ha logrado; una persona que te inspira, que te demuestra cómo con tan poquito empezó y ahora lo que ha logrado", explicó.
Desde la temporada de pandemia, Ana María y su familia han enfrentado los desafíos que dejó, pues la recuperación económica ha sido lenta. "El negocio nos da para comer, pero no para darnos lujos", dijo Marcos.
A decir de Ana María, muchos negocios que ahora se encuentran en el parque de la Marimba han querido igualarlos, pero así como llegan, se van. Pues hay altas y bajas, pero lo difícil es ser paciente. Además, los años y la tradición han ganado terreno, logrando que "Doña Mari Marimba" sea de las más buscadas.
Actualmente, ella se encuentra en la 8a Poniente esquina 1a Norte, donde la fama de los esquites Mari Marimba continúa, esto pese a los malos comentarios que han tenido en cuanto al precio, sabiendo que esto ha sido una tradición por años.
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