Calles del centro de la capital chiapaneca, así como plazas y centros comerciales se encuentran abarrotados de gente, largas filas para pagar, esto ante las compras de última hora, quienes ya se comienzan a preparar para recibir el año 2024 y pasarlo en familia.
En un recorrido realizado en tres supermercados emblemáticos de Tuxtla Gutiérrez, se constató el caos y la abrumadora cantidad de compradores que abarrotaron los establecimientos, dejando a los cajeros desbordados ante la demanda de última hora para los preparativos de la cena de fin de año.
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Desde las primeras horas del día, los consumidores colmaron las tiendas en busca de los elementos esenciales para recibir al 2023. En el supermercado del bulevar Belisario Domínguez, las largas filas no solo se observaban en las cajas, sino también para obtener carritos de compra, mientras que los estacionamientos alcanzaban su capacidad máxima. Simultáneamente, otro establecimiento al sur de la ciudad, en la salida hacia Copoya, experimentaba una avalancha de compradores adquiriendo accesorios festivos y agotando existencias de uvas, un clásico en la cena de Año Nuevo.
Las tiendas de ropa, zapaterías y secciones de bisutería en los grandes almacenes también estaban repletas. Muchos optaron por adquirir nuevas prendas para estrenarlas durante la celebración. El centro de la ciudad no fue la excepción, ya que tuxtlecos y visitantes se aglomeraron en las tiendas, buscando ingredientes y productos de última hora para la cena festiva.
En el sector de carnicerías y verdulerías, la demanda fue notoria. Según uno de los carniceros, la carne de cerdo, tanto en posta como en hueso, fue uno de los productos más solicitados, con un precio de $180 por kilo. Hasta el momento, las ventas han experimentado un significativo repunte, indicando una alta demanda de productos para la cena de fin de año.
Además en una de las plazas conocidas realizaron un evento para los niños como fin de año en donde regalaron sombreros que decían feliz año nuevo y globos cilíndricos en forma de lápiz que lanzaban al aire.
Con el reloj avanzando rápidamente hacia la medianoche, la ciudad se sumerge en un ambiente frenético de compras de último momento, reflejando el afán de los tuxtlecos por asegurarse de que todos los detalles estén listos para dar la bienvenida al nuevo año.