Desde Tijuana hasta la Patagonia, las mujeres latinoamericanas buscan en terrenos, ríos, casas abandonadas y los lugares menos pensados a sus familiares que no han sido encontrados.
De acuerdo a datos entregados por la Organización de Naciones Unidas, 107 mil personas han desaparecido en México desde 1964, es lo que se tiene contabilizado hasta el 17 de noviembre de 2022. La mayoría no se ha localizado, situación que ha obligado a muchas mujeres, madres, esposas, hermanas, amigas, a darse a la tarea de buscar a sus seres queridos.
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Tristemente todo parece indicar que seguirán muchos años más de búsqueda, por lo que estas madres necesitan apoyo constante. Nadie tendría que buscar a su hijo o a cualquier otro familiar en carreteras, ríos, terrenos baldíos, sin embargo lamentablemente es la realidad de miles de madres mexicanas y de América Latina.
Estas mujeres guerreras son un ejemplo de la resiliencia, apuestan por la vida y trabajan día con día para sanar su dolor, haciendo la labor que nadie más hará por ellas: encontrar a las personas que nos faltan, sin perder la esperanza.
Hasta el primero de diciembre del 2022, cinco madres buscadoras fueron asesinadas.
Cecilia Flores, líder de las madres buscadoras de Sonora, denunció en septiembre del 2022, ante la Fiscalía General de la República, amenazas recibidas desde el penal de Hermosillo. "Le han puesto precio a mi cabeza", fue lo que dijo ante los medios de comunicación.
Según los datos de la agencia de noticias EFE el año pasado la búsqueda de desaparecidos en México llegó al fondo del mar de Cortés, patrimonio natural de la humanidad, donde buzos de la Marina y madres de Sonora que han perdido a sus hijos se sumergen para encontrar cientos de cuerpos que sicarios han arrojado al océano.
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Las madres buscadoras le enseñan el camino a otras familias, es esta unión de luchas la que les permite seguir adelante. Y si bien son ellas quienes ponen el cuerpo, el resto podemos contribuir replicando sus demandas y hacer que sus voces suenen cada vez más fuerte.