/ domingo 24 de febrero de 2019

La violencia en Chiapas atemoriza a la sociedad

A DOBLE ESPACIO

No es posible que las principales ciudades del estado continúen siendo rehenes de la delincuencia, organizada o no, pero siempre presente en las calles y a cualquier hora.


Como siempre, las personas más vulnerables, especialmente las mujeres jóvenes, están en la mira de los asaltantes y violadores. Éstos confían en la baja tasa de denuncias y en la ineficiencia de las autoridades judiciales para enfrentar el problema, fenómeno que se acrecienta principalmente por los factores mencionados.

¿Por qué ya no puede confiarse ni siquiera en un elemento policíaco? Porque no están entrenados, no sabe defensa personal y los delincuentes parecen, ante los policías, auténticos profesionales del enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

Lo grabado por las cámaras de videovigilancia no sirve de gran cosa, pues solamente son útiles si se cuenta con un competente equipo de investigación. Sirven, eso sí, para publicar los hechos en las redes sociales, aumentar el miedo entre la gente y generar estupefacción.

Esos testimonios grabados y publicados exhiben la torpeza policíaca y la excesiva confianza de los delincuentes en sí mismos. En Tapachula, uno solo mató a dos policías y a un civil, a pesar de que los agentes del orden iban armados.

Impresionantes escenas superiores a las de ficción, aterrorizaron a una sociedad vulnerada y vulnerable, más allá de lo que se había sufrido en el pasado. Por más que digan que siempre ha habido delincuencia, en la actualidad ya no se puede, sobre todo en la Frontera Sur, creer que estemos igual que antes. En Tapachula exigen la salida de Óscar Gurría de la Presidencia Municipal, porque lo califican como inepto y totalmente ajeno a los problemas múltiples de la sociedad.

Chiapas atraviesa por una crisis de credibilidad en las instituciones, de seguridad y, para colmo, económica, pues las amas de casa se quejan de algo que no puede pasar a segundo término, como el costo de los víveres, elevados al menos en un 30 por ciento.

Si los economistas sostienen que “no hay inflación” será porque revisan números macroeconómicos, pero que no le digan eso a una madre de familia porque podrían llevarse, por lo menos, un bofetón.


Chiapas atraviesa por una crisis de credibilidad en las instituciones, de seguridad y, para colmo, económica, pues las amas de casa se quejan de algo que no puede pasar a segundo término, como el costo de los víveres, elevados al menos en un 30 por ciento

No es posible que las principales ciudades del estado continúen siendo rehenes de la delincuencia, organizada o no, pero siempre presente en las calles y a cualquier hora.


Como siempre, las personas más vulnerables, especialmente las mujeres jóvenes, están en la mira de los asaltantes y violadores. Éstos confían en la baja tasa de denuncias y en la ineficiencia de las autoridades judiciales para enfrentar el problema, fenómeno que se acrecienta principalmente por los factores mencionados.

¿Por qué ya no puede confiarse ni siquiera en un elemento policíaco? Porque no están entrenados, no sabe defensa personal y los delincuentes parecen, ante los policías, auténticos profesionales del enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

Lo grabado por las cámaras de videovigilancia no sirve de gran cosa, pues solamente son útiles si se cuenta con un competente equipo de investigación. Sirven, eso sí, para publicar los hechos en las redes sociales, aumentar el miedo entre la gente y generar estupefacción.

Esos testimonios grabados y publicados exhiben la torpeza policíaca y la excesiva confianza de los delincuentes en sí mismos. En Tapachula, uno solo mató a dos policías y a un civil, a pesar de que los agentes del orden iban armados.

Impresionantes escenas superiores a las de ficción, aterrorizaron a una sociedad vulnerada y vulnerable, más allá de lo que se había sufrido en el pasado. Por más que digan que siempre ha habido delincuencia, en la actualidad ya no se puede, sobre todo en la Frontera Sur, creer que estemos igual que antes. En Tapachula exigen la salida de Óscar Gurría de la Presidencia Municipal, porque lo califican como inepto y totalmente ajeno a los problemas múltiples de la sociedad.

Chiapas atraviesa por una crisis de credibilidad en las instituciones, de seguridad y, para colmo, económica, pues las amas de casa se quejan de algo que no puede pasar a segundo término, como el costo de los víveres, elevados al menos en un 30 por ciento.

Si los economistas sostienen que “no hay inflación” será porque revisan números macroeconómicos, pero que no le digan eso a una madre de familia porque podrían llevarse, por lo menos, un bofetón.


Chiapas atraviesa por una crisis de credibilidad en las instituciones, de seguridad y, para colmo, económica, pues las amas de casa se quejan de algo que no puede pasar a segundo término, como el costo de los víveres, elevados al menos en un 30 por ciento

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